El lambrusco es uno de los vinos menos apreciados de Italia por la opinión pública. Está visto como un vino para jóvenes, pese a ser uno de los más vendidos del país. Sin embargo, existe un tipo de lambrusco que se tiene en muy alta consideración por los expertos, y ese es el de Emilia Romaña, región al norte de Italia conformada por 348 ciudades. Una de ellas es Sassuolo, con equipo en la Serie A, y que siguiendo con los tópicos del Lambrusco, posee una de las plantillas más jóvenes del campeonato, la tercera para ser más exactos, con una media de edad de 24,7 años.

El Sassuolo tiene una de las plantillas más jóvenes del campeonato, la tercera para ser más exactos, con una media de edad de 24,7 años.

Pese a ser un equipo habitualmente de media tabla y llevar solo seis años en la máxima competición italiana, de sus filas no suele decepcionar la cantidad de jugadores que hacen brotar año a año, eso sí, como las uvas del conocido vino, traídos de diferentes zonas de Italia.

En solo dos jornadas de campeonato, ya tenemos el primer nombre en el que fijarnos. Y ese es el de Giangiacomo Magnani, central de 22 años nacido en Correggio, Emilia Romaña, y que hace poco más de ocho meses jugaba en Serie C con el Siracusa tras vivir un descenso de Serie C a D con el Lumezzane. Tras unos buenos primeros meses de campeonato con el Siracusa, entrenado por un ex neroverdi como Paolo Bianco, se marchó al Perugia en Serie B. En esos seis meses pudo demostrar que como en las cepas, todo depende de la tierra donde se cultive. Y así, la Juventus decidió ficharlo, eso sí, para dejar que se siga fogueando en el Sassuolo. De Zerbi no dudó en elegirle y el presidente del Sassuolo en insistirle al club bianconero, en plenas negociaciones con Cristiano, por el fichaje del joven central, que finalmente volvería a casa con la siempre opción de re-compra que se guarda por sus jóvenes promesas el gigante por excelencia de los últimos años en Italia.

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En su debut en Serie A le tocó bailar con la más fea, Mauro Icardi, actual capocannoniere de la Serie A y un Inter que llegaba como uno de los favoritos a ganar la Serie A por su espectacular mercado de fichajes. Sin embargo, y contra todo pronóstico, el joven central se pegó como una lapa al argentino y lo secó absolutamente en un ejercicio de orden táctico y anticipaciones por alto y por bajo, gracias a su colosal físico (1,90m) y unos conceptos defensivos fuera de lo común en un chico de su edad. El Sassuolo logró así su primer triunfo de la temporada, derrotando a los neroazzurri por 1 a 0.

Un carácter muy maduro forjado por las dificultades lo convierten en un jugador sereno, al que no le tiembla la voz en el vestuario, ni ser el sucesor de uno de los pilares del Sassuolo en los últimos años como Acerbi. De Zerbi empieza su nuevo proyecto, dejando ya matices muy marcados de su juego: ritmo, verticalidad, explotación de los espacios, orden atrás e iniciación del juego desde la zaga. Sin grandes alardes, Magnani cumple bien en ese aspecto. Si bien es cierto que no es un jugador especialmente elegante con balón, pasa con nota los riesgos que por el juego de su equipo, debe asumir con el balón en los pies.

Empieza una nueva temporada en Emilia Romaña en la que empiezan a salir nuevos brotes, y no hay duda de que Magnani apunta a ser una de las cepas más fructíferas en el futuro.

Fuente imagen principal: Agencias.