Portugal: Rui Patricio – Joao Cancelo, Pepe, Rubén Días, Mario Rúi – Rubén Neves, William Carvalho (Sérgio Oliveira, 86′), Pizzi (Renato Sanches, 74′) – Bernardo Silva, André Silva, Bruma (Gelson Martins, 77′).
Italia: Donnarumma – Lazzari, Caldara, Romagnoli, Criscito (Emerson, 74′) – Chiesa, Cristante (Andrea Belotti, 79′), Jorginho, Bonaventura – Zaza, Immobile (Domenico Berardi, 59′).
- PORTUGAL ES MÁS EQUIPO I La selección portuguesa tuvo en todo momento el control del espacio. Italia intentaba proponer un fútbol combinativo, pero el repliegue de los chicos de Fernando Santos, una vez más, se alzó como un valor competitivo de primer nivel. El hecho de que sea un equipo con años de trayectoria y totalmente reconocible permitió el ingreso de otras piezas menos habituales, así como que el propio modelo se vaya matizando con la incursión de jóvenes valores de futuro como Joao Cancelo, Rubén Días o Rubén Neves. Ni que decir tiene que la Italia de Roberto Mancini es aún un proyecto en construcción. Con dos partidos oficiales a sus espaldas, por mucho que la exigencia sea máximia, no se podía esperar otra cosa de esta Italia.
- DONNARUMMA ES EL PORTERO DE MANCINI I Si algo ha dejado claro este parón de selecciones es que Gianluigi Donnarumma será el heredero de su homónimo Buffon. El joven meta del Milan ha sido titular en los dos partidos, a pesar de haber viajado hasta cuatro porteros: Alessio Cragno, el propio Gigio, Mattia Perin y Salvatore Sirigu. En ambos choques ha dejado paradas de mucha categoría, aunque todavía tiene fallas en su juego que tendrá que pulir con el paso de los años y los partidos.
- EL SOCIO DE JORGINHO I Mancini tendrá que seguir buscando un socio para Jorginho si pretende que siga teniendo las llaves de la Azzurra. Lo cierto es que el efecto de Bonaventura se notó en el primer partido, pero ni él ni Cristante han sabido apoyarle en la gestión ni habilitar zonas interiores en 3/4 para recibir a espaldas de la línea medular portuguesa. Si bien es cierto que el centro del campo comandado por William Carvalho ha estado bien escalonado, no es menos verdad que apenas le han buscado las cosquillas. Ni Pizzi ni Rubén Neves son jugadores sacrificados, por lo que un poco de insistencia y buena presencia entre líneas podría haber desnudado la zona ancha de Portugal. No fue así. Por otra parte, tampoco existe un jugador eminentemente físico que ayude en las tareas de contención en defensa estática ni que acose al rival en su propio campo en la presión o permita a Italia recuperar la bola veinte metros más arriba. ¿Y Verratti dónde está?
- ¿FALTA CALIDAD? I Muchos análisis se han centrado en la ausencia de talento diferencial en las líneas italianas. Es facil retrotraerse a los grandes nombres que comandaron el Calcio alla por los 90 o los 2000, pero en el partido de anoche hubo jugadores con talento sobre el césped. No obstante, Mancini aún debe encontrar la forma de darle coherencia a las piezas que tiene y ajustarlas a un modelo de juego. La Azzurra en estas dos jornadas no se ha diferenciado mucho de aquella que Ventura llevó al abismo.
- HAY MIMBRES PARA CONSTRUIR I Mancini tiene jugadores de presente y, sobre todo, de futuro sobre los que construir un proyecto a medio plazo. La paciencia debe ser clave, porque lo que no tiene bajo ningun concepto es piezas para un proyecto que oposite a ganar sin discusión. Pero sí tiene futbolistas que, bajo el velo de un sistema definido, pueden rendir a buen nivel y ser competitivos. Los Caldara, Romagnoli, Jorginho, Bonaventura, Cristante, Chiesa, Bernardeschi, Insigne o Immobile, junto a los veteranos Bonucci y Chiellini, pueden acabar siendo un equipo aguerrido y luchador en próximas convocatorias. Habrá que ver cómo gestiona el seleccionador los recursos de los que dispone.
Fuente imagen principal: Agencias.