Francesco Caputo, goles desde el barro

Francesco Caputo (06/08/87, Altamura, Bari) inicia esta temporada su segunda andadura en Serie A. La primera, hace ya ocho años, queda muy lejos, y es que a sus 31 años ha ido mejorando a lo largo de sus diferentes experiencias, con los años, como el buen vino, pese a que paradójicamente, tiene una empresa de cerveza llamada birra Pagnotta, la cual es el origen de la celebración de sus goles.

La carrera de Caputo no fue como la de los demás. Empezó desde las categorías más bajas del fútbol italiano, incluso en divisiones no profesionales, haciéndose un nombre a base de goles. La temporada 2007/2008 es su primera campaña como profesional en el Noicattaro, en Serie C, un equipo de la provincia de Bari. Sus once goles en 29 encuentros provoca que entre un invitado sorpresa en esta historia que le iba a ayudar a progresar en su carrera.

Un Antonio Conte desconocido todavía como entrenador se lo lleva al Bari, a Serie B. Pese a su juventud, 21 años, cuenta con la confianza del técnico y juntos logran ascender a la Serie A

Un Antonio Conte desconocido todavía como entrenador se lo lleva al Bari, a Serie B. Pese a su juventud, 21 años, cuenta con la confianza del técnico y juntos logran ascender a la Serie A. Sin embargo, ya en la categoría de oro del fútbol italiano, sus números bajan en picado, anotando solo un gol en trece partidos. Además, su ventura acabaría pronto, ya que sería cedido al Siena. De nuevo en Serie B vuelve a coincidir con Conte, consiguiendo una vez más un ascenso juntos.

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Sin embargo, un año más, la suerte no volvía a sonreír a Caputo, quien vuelve al Bari, con el club ya en Serie B. Tras un buen comienzo, anotando 17 goles, es sancionado un año por apuestas ilegales. Tras su vuelta seguirá marcando goles en Bari y Entella, pero su momento llega en Empoli en la 2017/18, ya con 30 años y consciente de que Conte no volverá para rescatarlo. Logra un gran ascenso, otro en su carrera, y se convierte en el máximo goleador de la Serie B con 27 goles en 41 partidos. Ya en Serie A, con 31 años y en solo cuatro partidos, ha igualado su marca de goles con el Bari, anotando su único gol hasta ahora.

Lo cierto es que Caputo no es un delantero excesivamente estético ni participativo con balón pese a su nada desmerecedora habilidad para jugar de espaldas

Lo cierto es que Caputo no es un delantero excesivamente estético ni participativo con balón -pese a su nada desmerecedora habilidad para jugar de espaldas-. No obstante, es un jugador muy móvil, se abre a banda, busca tiro, incluso no se asocia mal -seis asistencias la campaña pasada-… Pero su verdadero territorio es el área. Acumula 300 partidos en Serie B y está curtido en mil batallas, en campos fríos, donde te haces futbolista. Ahí aprendió que en el gol la calidad técnica no lo es todo, pero saber dónde estar en el momento preciso. El juego de su equipo, siempre en búsqueda de robar alto, no dormir excesivamente el juego pero buscar combinaciones rápidas con muchas llegadas, le plantea su mejor contexto: llegar en pocos toques y con los máximos espacios. Caputo es un nueve de atacar los palos con agresividad, de colarse entre las defensas, y de buscar la mejor posición para que le caiga el balón en el área, tocándolo solamente cuando hay que empujarlo a la red.

El Empoli es, como todo recién ascendido, una cenicienta. Un equipo del cual puede esperarse poco, pero de la mano de los goles de Caputo, las llegadas y la potencia de Rade Krunic y el pie de Miha Zajc, tiene licencia para soñar y aguantar en la categoría, con una plantilla reforzada, pero que mantiene la esencia que logró ascender a Serie A de forma meteórica.

Fuente imagen principal: Getty Images.

 

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