Carlo Ancelotti está actuando con inteligencia en su llegada a Nápoles. Ha guardado varios automatismos de la etapa Sarri (ataques a la espalda de la defensa con Callejón, la banda izquierda como un referente de inicio-final de jugada, atracción de rivales y rupturas del espacio…) y los ha adaptado a su idea de juego, más organizada y en busca de más alternativas en la plantilla para construir un bloque. Esta búsqueda está repartiendo minutos y, en definitiva, acaba jugando con lo que tiene. Hombres como Diawara, Ounas o Rog se están beneficiando mucho de esta decisión, tras una etapa donde Sarri tenía muy claro quienes eran los actores principales de su gran obra.
Ancelotti ha guardado varios automatismos de la etapa Sarri y los ha adaptado a su idea de juego, más organizada y en busca de más alternativas en la plantilla para construir un bloque
Sin embargo, tiene un problema en el centro del campo, más concretamente en el único eje que tiene en su 4-3-3. El eslovaco Hamsik ha sido el elegido para gestionar el juego del equipo, un futbolista de llegada y recorrido en los últimos años, que se ve mucho más anclado. Suplir a Jorginho es una faena difícil.
Por carácter y personalidad, el capitán de los partenopeos parece el indicado para cargar con este peso, pero lo cierto es que al equipo le ha faltado algo de profundidad en algunos momentos. Hamsik tiene capacidad para jugar en 1-2 toques a alta velocidad, incluso para adelantar posiciones –Allan le cubre-, pero tiene más dificultades para mover el juego y tomar decisiones rápidas ante la presión del rival. Esto provoca que Koulibaly salga más de la zaga para apoyar a la construcción y, ante pérdida, sufran en las transiciones, otra faceta en la que Hamsik se tambalea, y es que no llega a corregir las posiciones de sus compañeros, o bien no llega a tapar sus propios espacios. Ante estos problemas Ancelotti sitúa a Allan más cerca de la medular, en una zona intermedia entre Zielinski y Hamsik, para dar más apoyos a la salida de balón, formando un doble pivote en muchos momentos y ayudar en correcciones defensivas. Corazón de guerrero, samba en los pies.
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Zielinski es el encargado de hacer del Hamsik de siempre. A día de hoy el polaco es determinante en ¾, es un motor que rompe al espacio, un 4×4 que arranca con el balón y en cuanto coge la velocidad es difícil parar su potencia. A su vez, daña las espaldas de las defensas con sus balones filtrados y sus aperturas a banda. Una bendición para Ancelotti.
Zielinski es el encargado de hacer del Hamsik de siempre. A día de hoy el polaco es determinante en ¾, es un motor que rompe al espacio
El entrenador italiano ha probado también a Diawara. Tal vez el jugador más natural para la posición de pivote y más preparado para actuar el solo en eje, pero por ahora no le ha dado continuidad a la idea, dándole solo una titularidad en la derrota –única de la temporada- ante la Sampdoria.
La última opción, mostrada en Champions League ante el Estrella Roja de Belgrado, un doble pivote con Fabián – Allan levanta más reflexiones aún. El ex-jugador del Betis se colocó a la izquierda de un Allan más centrado y que bajaba recibir el balón, como referencia para iniciar jugada. El andaluz se dedicó a recibir y distribuir pases que rompían hasta dos líneas de presión de serbias y cambios de orientación a la banda derecha que dieron que hablar, sin embargo, ante un rival replegado que apenas se estiró, el contexto favorecía a los dos pivotes, que ofrecen sin duda por rendimiento una variante más, pero habría que experimentarla en otras situaciones. Además, da la sensación de que Fabian podría explotar su conducción y último pase en otro sistema donde tuviera influencia más cerca del área, siendo un filtro entre dos zonas.
Ancelotti, amante de las rotaciones, tiene un abanico de posibilidades bastante amplio, pero todavía falta definir quién va a llevar la manija definitivamente y como la va a llevar.
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