Llevamos cinco jornadas de Serie A y ya estamos teniendo las primeras sorpresas de la temporada. Si miramos la tabla clasificatoria, equipos como el Sassuolo, la Fiorentina o la SPAL se cuelan en los puestos privilegiados juntos a los equipos llamados a luchar por el campeonato como la Juventus o el Napoli. Evidentemente, todavía es muy pronto para saber si estas primeras sorpresas se mantendrán en el tiempo o son flor de un solo día. Qué duda cabe que equipos como Inter, Roma o Milan deberían mejorar sus prestaciones y subir puestos en la Serie A.

Hoy nos vamos a fijar en la Fiorentina de Stefano Pioli, tercer clasificado que aspira a la clasificación europea tras irse de vacío la temporada pasada. El conjunto viola ha comenzado con muy buen pie la Serie A, sumando tres victorias, un empate y una sola derrota en sus cinco primeras jornadas de liga, a pesar de haberse enfrentado ya a conjuntos punteros en la tabla como Napoli, SPAL o Sampdoria.

. El conjunto viola ha comenzado con muy buen pie la Serie A, sumando tres victorias, un empate y una sola derrota en sus cinco primeras jornadas de liga, a pesar de haberse enfrentado ya a conjuntos punteros en la tabla como Napoli, SPAL o Sampdoria

Los de Pioli, tras un verano ciertamente provechoso en los despachos, han comenzado la temporada como un tiro merced, en buena parte, a sus talentos individuales. Los Chiesa, Simeone, Benassi o Gerson han comenzado la temporada muy inspirados y su talento individual está llevando la pizarra de Pioli a otro nivel. Aunque lo cierto es que el director de orquesta viola es el auténtico protagonista y líder del grupo. Su idea de juego con partidos de ida y vuelta y mucho oficio está mucho más trabajada de lo que parece a simple vista.

LOS ESQUEMAS DE LA FIORE

Si vemos los onces planteados por Stefano Pioli en lo que llevamos de temporada, parece evidente que el técnico parmesano utiliza un 1-4-3-3 de base con un once tipo, aunque con pequeñas variaciones.

Las características individuales de los jugadores del plantel viola dan muchísimas posibilidades tácticas a Pioli para variar las posiciones de sus pupilos. Milenkovic como lateral derecho o tercer central es una garantía, ya que su velocidad al repliegue y para ir al corte permiten al otro lateral, o más bien carrilero, Biraghi, lanzarse al ataque sin preocupaciones. En el centro del campo, la potencia física de Benassi es un seguro de vida. Pese a partir como volante por la derecha, su posición se podría asociar al box to box inglés, con mucho recorrido tanto hacia delante como hacia atrás. Arriba, el oficio y versatilidad de Chiesa dan a Pioli el elemento sorpresa ya que, pese a partir por la derecha, es fácil verle haciendo diagonales hacia el centro. Por último, la inteligencia de Simeone para hacer desmarques a la espalda de los centrales o para caer a banda a los huecos que dejan Chiesa y Pjaca, dan mucho desahogo al ataque viola.

Las características individuales de los jugadores del plantel viola dan muchísimas posibilidades tácticas a Pioli para variar las posiciones de sus pupilos

Pero si sobre el papel Pioli utiliza un 1-4-3-3, sobre el campo el equipo se muestra mucho más flexible y con multitud de variantes tácticas dependiendo del momento del partido o de la fase del juego. Utilizando un 1-3-4-3, 1-4-1-4-1 o incluso 1-3-5-1-1.

Cuando la Fiorentina comienza la fase ofensiva y tiene que sacar el balón jugado desde atrás, el conjunto se posiciona en un 1-3-4-3 o 1-3-4-2-1, con Vítor Hugo abierto en la izquierda, Milenkovic en derecha y Biraghi sumándose a la línea del centro del campo por la izquierda. Benassi se abre en este caso a banda diestra para actuar como volante pegado a banda y así ofrecer una vía para sacar el balón. El objetivo de Pioli en la salida del balón es que éste llegue a Veretout o a Gerson y que estos conecten con las bandas (Biraghi y Benassi) o los medias puntas (Pjaca y Chiesa) y así armar la jugada de ataque.

Cuando la Fiore de Pioli ataca, Biraghi ocupa la banda zurda y la diestra se la turnan entre Chiesa y Benassi. Veretout se queda en el pivote mientras que Gerson se lanza al ataque para filtrar pases a las mediapuntas y a Simeone.

Sin embargo, cuando los viola se arman en fase defensiva, el esquema varía. En la transición hacia la defensa, Pjaca se cierra hacia el volante izquierdo y Chiesa se coloca como carrilero diestro. Gerson se queda más descolado por detrás de Simeone, por si hay un robo rápido y el brasileño puede filtrar pases en profundidad. Pioli sitúa en esa transición un 3-5-1-1 con Benassi como perro de presa que se lanza buscando el robo rápido.

Cuando los de Pioli van arriba en el marcador, se asientan en defensa y juntan líneas y el esquema vuelve a variar. Biraghi vuelve al lateral en una línea de cuatro en la que Milenkovic se sitúa en el costado diestro. Veretout se sitúa entre las dos líneas de cuatro como eje que ordena la defensa. Simeone se queda descolgado arriba, mientras que Benassi y Gerson se quedan en las dos posiciones centrales aunque jamás están estáticos, sino que son los encargados de saltar continuamente para hacer la presión sobre los medios rivales e incomodar su circulación de balón. Pjaca y Chiesa se quedan siempre pegados a los laterales rivales, impidiendo así que inicien el juego por las bandas y abocándolos al carril central.

Cuando los de Pioli van arriba en el marcador, se asientan en defensa y juntan líneas y el esquema vuelve a variar

Con las bandas ocupadas y Benassi y Gerson saltando continuamente para que los rivales no puedan combinar, por lo que el balón en largo es lo más recurrente. Ahí es donde la defensa viola brilla, ya que tanto Pezella como Vítor Hugo y Milenkovic son auténticos seguros por arriba.

En definitiva, podemos observar cómo Pioli se encarga, mediante sus constantes variaciones tácticas, de poner a sus jugadores en las condiciones perfectas para que luzcan sus mejores cualidades. Le da toda la banda izquierda a Biraghi cuando su equipo ataca para potenciar su profundidad y sus centros pisando línea de fondo. Deja que Benassi y Gerson lleguen constantemente a zonas de remate y les anima a que terminen jugada o roben rápido para seguir atacando. Da a Chiesa la libertad de poder escoger si quedarse en banda y profundizar o venirse al centro a filtrar balones a su delantero, a sabiendas de que su hueco en la banda lo ocupará Benassi. Libera a Simeone de cualquier tipo de trabajo defensivo, consciente de que su papel en ataque es clave si está en constante movimiento, tirando desmarques y abriendo huecos para sus compañeros.

En definitiva, podemos observar cómo Pioli se encarga, mediante sus constantes variaciones tácticas, de poner a sus jugadores en las condiciones perfectas para que luzcan sus mejores cualidades

Stefano Pioli no tiene los esquemas más trabajados ni los mejores jugadores, pero si algo le caracteriza es que conoce a todos sus jugadores. Sabe cómo son, cómo juegan y sabe cómo sacarles el máximo rendimiento a todos y cada uno de ellos.

Fuente imagen principal: Getty Images.