La temporada de la Roma ha empezado de forma irregular, desajustada y algo falta de personalidad. Las bajas de Nainggolan y Strootman han significado la perdida no solo de la identificación de un estilo muy marcado en el 4-3-3 de Di Francesco por su trabajo en la presión alta, sino también la jerarquía, carácter y competitividad de dos pesos pesados en el once.
La llegada de Pastore, jugador distinto a los que se marcharon, denota ausencia en esa presión tan característica la pasada campaña. El argentino, con un ritmo competitivo irregular a causa de las lesiones, no cumple con las características sin balón que se le piden, además se le ve algo perdido por el campo por el hecho de gozar con una libertad de movimientos entre la media punta y zona de interior que no acaba de encontrar para ser realmente dañino. Cristante, otro de los fichajes que va entrando desde el banquillo, está todavía en plena fase de aclimatación a un ritmo competitivo mayor y a un sistema nuevo, pese a que en Atalanta si demostró ser clave para ocupar las primeras líneas de presión del rival.
El hecho es que la paciencia en Roma no es excesiva y las críticas de una masa social y unas calles muy fervientes con su equipo se hace notar enseguida
El hecho es que la paciencia en Roma no es excesiva y las críticas de una masa social y unas calles muy fervientes con su equipo se hace notar enseguida. Hay murmullo sobre el equipo, que sobre todo está sufriendo mucho a nivel defensivo fruto de los desajustes que el equipo sufre cada vez que pierde el balón en campo rival. Hay dificultad para replegarse en las transiciones defensivas y con marcador favorable, gestionar el balón. No es la mejor situación para que los nuevos encuentren su lugar y entren poco a poco.
La solución de Di Francesco llega en el derbi Romano. Un 1-4-2-3-1, con un doble pivote formado por De Rossi y N’Zonzi, buscando algo de cemento. En definitiva, consistencia ante un equipo que desarbola bien a sus rivales entre líneas y posee buenos llegadores.
Tras la lesión de Pastore en la primera mitad entra Lorenzo Pellegrini, que no acababa de arrancar en su temporada de consolidación, donde se espera que de el paso definitivo. Lo ubica para jugar por detrás de Dzeko, pero ofreciendo ayudas a lo largo y ancho del campo. Con el italiano, si bien es cierto que a nivel técnico es inferior que Pastore, mejoró el panorama del partido. Pellegrini puede casar más con la idea de Di Francesco en esa posición, no solo porque ya le conozca del Sassuolo, donde lo colocó más adelante que su posición clásica de mezzala, a nivel de conceptos y de contexto, entiende mejor las funciones. Alinear más por función, que por posición.
Pellegrini puede casar más con la idea de Di Francesco en esa posición, no solo porque ya le conozca del Sassuolo, donde lo colocó más adelante que su posición clásica de mezzala, a nivel de conceptos y de contexto, entiende mejor las funciones
Con el italiano sobre el campo mejoró la primera línea de presión y también las transiciones, siendo una ayuda más, ya que abarca más campo. En tareas ofensivas, dividió al rival cuando pudo conducir. El juego pasó a ser más vertical, a jugar a uno o dos toques. Sabe contextualizar sobre cuando tirar un desmarque de apoyo y cuando fijar y romper al espacio. En menos toques, la Roma pudo producir más y Dzeko encontró un compañero que supo leer sus prolongaciones.
¿Solución o recurso? Lo que está claro es que supuso un lavado de cara para su equipo que se volvió a repetir ante el Viktoria Plzen. En un contexto diferente al del Derby della Capitale, en un centro del campo distinto, formado por Cristante-N’Zonzi, se produjeron varias permutas ofensivas formadas por Cristante y Pellegrini fruto a la lectura del jugador romano. Desmarques de apoyo para arrastrar el rival y provocar el movimiento de ruptura de Cristante, un excelente llegador y muy inteligente aprovechando espacios.
La Roma fue vertical y profunda, como le gusta a su entrenador, y mejoró en solidez defensiva en las transiciones. Queda mucho por hacer y asentar en una plantilla llena de variantes, pero para un discípulo de Capello y Zeman se cumplen dos premisas vitales para desarrollar el futbol que quiere imponer en su nueva Roma.
Fuente imagen principal: Paolo Bruno/Getty Images.