2003, un Derby della Madonnina de Champions

‘’Aquel mes de mayo fue… Y el derbi de aquella edición de Champions League, en semifinales, fue el partido que he vivido con más tensión en toda mi carrera. Y creo que si hablas con todos los jugadores del Milan y el Inter te dirán lo mismo. Fue una semana con una tensión que nunca había existido y que no volverá a existir’’, recuerda Massimo Ambrosini. El 7 de mayo de 2003 fue la ida. El sorteo había deparado que Milan e Inter se enfrentaran por un billete en la final de Old Trafford. La otra semifinal enfrentaría al Real Madrid –el vigente campeón- y la Juventus de Turín.

Inter y Milan habían clasificado a la Champions League mediante la tercera ronda previa. Los neroazzurri habían eliminado al Sporting CP con un global de 0-2; los rossoneri al Slovan Liberec gracias al valor doble de los goles fuera de casa, pues habían vencido (1-0) en la ida pero perdido en la República Checa (2-1). El gol de Inzaghi fue vital para conseguir la clasificación a la fase de grupos.

Tras el sorteo del mes de agosto, el Inter había quedado encuadrado en el Grupo D con el Ajax, el Olympique de Lyon y el Rosenborg. El Milan, por su parte, estaba en el Grupo G, con el Deportivo de la Coruña, el Lens y el Bayern Múnich

Tras el sorteo del mes de agosto, el Inter había quedado encuadrado en el Grupo D con el Ajax, el Olympique de Lyon y el Rosenborg. El Milan, por su parte, estaba en el Grupo G, con el Deportivo de la Coruña, el Lens y el Bayern Múnich. Ambos clasificaron como primeros de grupo a una segunda fase donde volvían a estar los cuatro representantes italianos: Juventus, Roma y los dos equipos de Milán. El formato definía que se volvía a sortear una fase de grupos, cuatro esta vez, donde los dos primeros de cada grupo clasificaban a una ronda eliminatoria con cuartos, semifinales y la gran final de Manchester. Un equipo italiano por grupo, con el Inter en el Grupo A, junto al Barcelona, el Newcastle United y el Bayer Leverkusen –finalista de Champions League en la 2001/02-, y el Milan en el Grupo C, con el Real Madrid, el Borussia Dortmund y el Lokomotiv de Moscú. Otra vez el Real Madrid. Los fantasmas de finales de los ochenta –con el recuerdo de Arrigo Sacchi a la cabeza- volvían a asomar por la capital española.

El Inter clasificó segundo, tras un Barcelona intratable que solamente había dejado escapar dos puntos con el empate en su visita al Giuseppe Meazza. Los rossoneri, por su parte, certificaron el liderato de grupo con cuatro victorias en los cuatro primeros partidos y se pudieron permitir caer derrotados en las dos últimas jornadas, sin nada ya en juego.

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Ocho equipos se dieron cita en la ronda eliminatoria. Real Madrid – Manchester United, Juventus – Barcelona, Ajax – Milan e Inter – Valencia fueron los cruces que deparó el sorteo. Los blancos eliminaron al anfitrión de la final gracias a un soberbio Hat-Trick de Ronaldo en Old Trafford; la Juventus eliminó al Barcelona en el Camp Nou gracias a un gol de Zalayeta en la prórroga; el Inter dejó en el camino al Valencia gracias a dos goles de Christian Vieri; y el Milan acabó con su antigua bestia negra gracias a un milagroso gol de Jon Dahl Tomasson en el 91. El partido de ida, en Ámsterdam, había quedado 0-0 y en San Siro todos sabían que el valor doble de los goles fuera de casa podía ser la clave. Inzaghi anotó primero pero Litmanen replicó. 1-1. El Milan estaba fuera. Shevchenko puso el 2-1, Pienaar el 2-2 en el 78. De nuevo, los rossoneri estaban eliminados. Sin embargo, en el 91 ocurrió el milagro. Enésimo pelotazo largo desde la defensa milanista que busca el área rival. Lo peina Ambrosini y se lo come la defensa del Ajax. La pelota le cae a un Inzaghi que pica el balón por encima de Bogdan Lobont, el portero del equipo holandés. La pelota va camino de la portería, irremediablemente será gol, pero Tomasson decide que aquel tanto debe llevar su firma. Lo empuja y San Siro estalla. El Milan clasificaba a semifinales.

‘’La semana más terrible de mi vida fue la semana del derbi de Champions League del 2003. En esa semana, yo y mis amigos milanistas no respiramos. Ha sido la única vez que no nos hemos hablado, ni antes, ni después. Durante mucho tiempo’’, recuerda Michele Dalai, escritor y aficionado del Inter de Milán. Uno de sus mejores amigos se llama Maurizio Polenghi, regenta un conocido sports bar en la capital lombarda y es hincha del Milan. Ambos comparten un sentimiento similar sobre aquella semifinal: ‘’Si hoy pienso en aquella semana entre la ida y la vuelta, me viene dolor de barriga. En el sentido que fue realmente dura. Nosotros, los milanistas, sabíamos que podía ser el inicio de algo importante, pero también sabíamos que los interistas tenían muchísimas ganas de ganar’’. Era el partido más esperado de la temporada. Aquel 7 de mayo de 2003 Milan e Inter se dieron cita en San Siro ante 77.000 espectadores para jugar el partido de ida.

Aquel 7 de mayo de 2003 Milan e Inter se dieron cita en San Siro ante 77.000 espectadores para jugar el partido de ida

Carlo Ancelotti únicamente tenía la baja por lesión de un Andrea Pirlo que ya se había perdido los cuartos de final ante el Ajax al completo. Así, el técnico italiano formaba con Dida – Costacurta, Nesta, Maldini, Kaladze – Brocchi, Seedorf, Gattuso, Rui Costa – Inzaghi y Shevchenko; mientras que Héctor Cúper respondía al técnico italiano con Toldo – Zanetti, Materazzi, Cannavaro, Córdoba – Sérgio Conceiçao, Coco, Di Biagio, Belözoglu – Recoba y Hernán Crespo.

Fuente: ‘El Milan de Berlusconi: 1986-2017: Radiografía de un proyecto que cambió el fútbol’.

El encuentro estuvo igualado. Igualadísimo. El Milan, que ejercía como local, llevó la iniciativa y tuvo las ocasiones más claras, pero no fue capaz de abrir el marcador. El partido de ida acabó 0-0. Todo se decidiría una semana después, en el mismo escenario pero con un nombre diferente. Ya no sería San Siro, sino el Giuseppe Meazza.

Para el partido de vuelta, Carletto había recuperado a Andrea Pirlo. Y no dudó en alinearlo ante la sorpresa de la prensa, que no esperaba siquiera verlo en el banquillo. Formó con Abbiati (Dida era baja por molestias) – Costacurta, Nesta, Maldini, Kaladze – Pirlo, Gattuso, Seedorf, Rui Costa – Inzaghi, Shevchenko. Héctor Cuper no pudo contar con Francesco Coco y apostó por Cristiano Zanetti –que nada tiene que ver con Javier- como reemplazo. El resto, los mismos que hace una semana: Toldo – Javier Zanetti, Materazzi, Cannavaro, Córdoba – Sérgio Conceiçao, Cristiano Zanetti, Di Biagio, Belözoglu – Recoba y Hernán Crespo. Toda Milan estaba pendiente del Derby della Madoninna. Ya habría tiempo para pensar en el Juventus – Real Madrid de la noche siguiente.

Fuente: ‘El Milan de Berlusconi: 1986-2017: Radiografía de un proyecto que cambió el fútbol’.

‘’Es el partido de mi vida. Y no me da vergüenza decirlo: Buscaremos marcar y defender el resultado’’, había declarado Cúper en rueda de prensa. Y lo intentó. Más de 80.000 personas presenciaron en el Giuseppe Meazza un nuevo derbi sumamente igualado. Ocasiones para ambos equipos, lucha en el centro del campo y patadas por doquier. Pero sin goles. Los hinchas del Inter ya contaban con un entretiempo tranquilo donde disfrutar del bocadillo y pensar en qué retocar para lograr el gol de la victoria. Pero apareció Shevchenko. Pase filtrado de Seedorf para el delantero ucraniano, supera la marca de Iván Córdoba y, antes de que llegue Toldo, logra meter la punta de la bota y colocar el 0-1. En el 46. Todo había cambiado, el Inter necesitaba dos goles para estar en Old Trafford.

Los hinchas del Inter ya contaban con un entretiempo tranquilo donde disfrutar del bocadillo y pensar en qué retocar para lograr el gol de la victoria. Pero apareció Shevchenko. Pase filtrado de Seedorf para el delantero ucraniano, supera la marca de Iván Córdoba y, antes de que llegue Toldo, logra meter la punta de la bota y colocar el 0-1

Carletto hizo suyo el discurso de Cúper y guardó la ropa, el técnico interista, al contrario, metió dos cambios al descanso. Obafemi Martins y Stéphane Dalmat por Álvaro Recoba y Luigi Di Biagio. Había que marcar. Y rápido. Seguro en portería, Abbiati salvó toda ocasión del equipo local hasta el minuto 84. Fue entonces cuando Obafemi Martins cazó un balón y batió por bajo al portero italiano. 1-1. No hubo más goles. El Milan eliminaba al Inter y se clasificaba para la final de Old Trafford, la sexta de la ‘era Silvio Berlusconi’.

*Este artículo es un capítulo extraído de ‘El Milan de Berlusconi: 1986-2017: Radiografía de un proyecto que cambió el fútbol’, un libro de Irati Prat. Puedes comprarlo en Amazon haciendo click aquí.

Fuente imagen principal: Clive Mason/Getty Images.

 

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