Suso, el diamante de San Siro

Cuando hablamos de Suso lo hacemos refiriéndonos a una de las grandes sorpresas (positivas) de los dos últimos cursos en la Serie A. Pero, ¿cómo es realmente este menudo extremo salido de las calles de Algeciras, y, sobre todo, cuál es su papel en el nuevo Milan de Gattuso?

Firmado en verano de 2010 por el Liverpool con apenas 17 años, pasó el último tramo de su adolescencia a las orillas del Mersey, pero no fue hasta septiembre de 2012 cuando debutó con la primer equipo de los Reds. Una cesión al Almería en la 2013/14, que le sirvió para gozar de minutos en la élite, fue el último movimiento antes de recalar en el Milan, mas no sería el movimiento definitivo, puesto que tras un año difícil con Inzhagi y Mihajlovic, el club lombardo decidió cederlo al Genoa en enero de 2016. Sus buenas actuaciones y su gran regularidad en el segundo tramo del campeonato le ofrecieron la oportunidad de volver al conjunto rossonero y demostrar su valía. Fue entonces, y ya con un entrenador (Vincenzo Montella) que depositó plena confianza en él, cuando sus capacidades se plasmaron sobre el césped de San Siro.

Nos referimos a Suso como un extremo moderno, zurdo, jugando en el perfil opuesto, siempre con tendencia a terminar en posiciones intermedias en el carril central. Te pide la pelota al pie, y una vez con ella en control, decide. No se trata del típico extremo veloz que dé profundidad y haga largo al equipo. Aún así, posee la gran mayoría de cualidades para destacar en esa demarcación. Con un enorme abanico de recursos técnicos en espacios reducidos, Suso te puede salir airoso de prácticamente cualquier situación.

Te pide la pelota al pie, y una vez con ella en control, decide. No se trata del típico extremo veloz que dé profundidad y haga largo al equipo

Su mayor virtud; el disparo desde media distancia. Rapidez para armar la pierna y mucha decisión en el golpeo, y si bien es cierto que cada vez los rivales lo conocen mas y lo achican con mayor rapidez cuando se encuentra en posiciones de remate, no necesita más de medio segundo para ejecutarlo. Y qué precisión tienen esos golpeos. Qué precisión.

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Posee imprevisibilidad en la última decisión. Cierto es que hay ocasiones en las que peca de repetitivo en sus acciones, pero una vez se encuentra en posición decisiva te puede sorprender. Si llega a la frontal rival a través de una conducción, puede tanto disparar como filtrar para el futuro desmarque del delantero, y, si llega hasta línea de fondo, no han sido pocas las ocasiones donde ha desconcertado a toda la zaga rival con un pase hacia atrás esperando la llegada de segunda línea. Precisamente este registro, el de activar a los compañeros que merodean su ratio de acción, es uno de sus puntos fuertes. Se entiende a la perfección tanto con Kessié como con Higuaín. Con el primero forman una sociedad magnífica; Suso recibe escorado en el flanco diestro y contemporiza hasta el momento adecuado la llegada de Kessié desde segunda línea, para posteriormente filtrar el balón a la espalda del central/lateral. Frank tiene los pulmones necesarios como para repetir esta situación mínimo 3 /4 veces por partido, y es una mina de oro para Gattuso y los suyos. Con Higuaín es diferente. Suso es su mayor socio dentro del terreno de juego, el futbolista encargado de nutrirle de centros laterales y de acertar con el último pase en los desmarques del Pipa a la espalda de la zaga oponente. Y, aún tratándose de un Higuaín distinto al de otros años (el actual influye mas en la circulación colectiva, retrasando su zona de influencia diez metros comparado con el Pipa de otras temporadas) sigue siendo letal y, sobre todo, muy inteligente para sacar a los centrales de sitio y que Suso pueda aprovechar sus arrastres llegando en conducción/percutiendo.

Nunca se esconde. Le saldrán mejor o peor las cosas (cuando tiene el día malo es el típico futbolista que te puede terminar desquiciando), pero si algo tiene es personalidad. En un tramo del curso pasado fue el mayor líder del Milan, de un mal Milan, sí, pero hay que tener las agallas para saltar a San Siro, con ese escudo y el parche de las siete Copas de Europa en el brazo y ponerte al equipo a las espaldas. Y Suso lo hizo.

En un tramo del curso pasado fue el mayor líder del Milan, de un mal Milan, sí, pero hay que tener las agallas para saltar a San Siro, con ese escudo y el parche de las siete Copas de Europa en el brazo y ponerte al equipo a las espaldas

Contadas todas, o la gran mayoría de sus virtudes, cabe destacar que todavía tiene ciertos aspectos que pulir si quiere aspirar a llegar al nivel de super-clase. Algunos, como la falta de velocidad a campo abierto, no son cosas que estén en su mano y pueda llegar a mejorar, pero sí en transiciones y situaciones donde no le dan la pelota al pie, ahí sufre un poco mas. Ligado a esto, si bien es cierto que anteriormente he comentado que contemporiza con acierto, en algunas ocasiones ralentiza en exceso el juego, cada vez menos, pero sigue pecando de ello en ciertos contextos donde lo idóneo sería darle fluidez y rapidez a la jugada. Tiene que agregarle mas variantes a su juego, lo que hace es letal, pero no le vendría mal tampoco empezar a ser influyente en mas registros del juego y no tan repetitivo en sus acciones. Aun así va por el camino de ello, su crecimiento ha sido impresionante en las últimas dos temporadas, y quién sabe hasta dónde puede llegar.

El tiempo dirá. Hasta entonces, Gattuso y la afición rossonera tienen un diamante que cuidar.

Fuente imagen principal: Francesco Pecoraro/Getty Images.

 

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