Atalanta se ve obligada a recomponerse año a año tras las grandes oportunidades de ventas que ofrece el mercado, y una de ellas, no hay duda que se presentó ante la venta de Andrea Conti al Milan por 25 millones de euros. El lateral, junto a Gagliardini y Caldara, fue una de las tres joyas que emanó de insaciable cantera bergamasca durante la temporada 2016/2017 y que, además, al igual que sus otros dos compañeros, fue traspasado, a excepción de Caldara, que permaneció cedido una temporada más en Bérgamo por la Juventus.
Ante las ventas, Gasperini tuvo que reinventarse en piezas, pero no excesivamente en idea de juego. No obstante, encontrar un carrilero como Andrea Conti parecía muy complicado. Un jugador que te aporte tanto en la construcción y salida de balón desde atrás como en los últimos metros finales, con la misma eficacia, es muy difícil de encontrar.
Encontrar un carrilero como Andrea Conti parecía muy complicado
Hans Hateboer (Beerta, Países Bajos, 1994) fue la apuesta del club. El lateral holandés llegaba como gran incógnita a suplir una de las posiciones que más vacío provocaban, y no hay duda que con otras características ha logrado estar a la altura, convirtiéndose en uno de los mejores carrileros de la Serie A.
Sus características son distintas a las del italiano. Es menos fino con balón, ya no a nivel estético, si no técnico, pero compensa estas limitaciones con una zancada de lo más valiosa para sortear rivales gracias a su 1,87m de atura y una velocidad que le permite ganar a su equipo mucho metros de campo hacía adelante. Si Conti era un jugador más pausado en muchos momentos, con constantes asociaciones y movimientos interiores, Hateboer es todo lo contrario. Tiene pausa en ¾ si se ve acorralado, pero su fuerte está en pegarse a la cal y explotar su físico, aunque peque en algunos momentos en tirarse a la boca del lobo, en clara inferioridad.
Si Conti era un jugador más pausado en muchos momentos, con constantes asociaciones y movimientos interiores, Hateboer es todo lo contrario
En cuanto a números, hemos tenido que esperar que pase una temporada para verle celebrar un gol. La campaña pasada no logró anotar en los 43 partidos que disputó sumando todas las competiciones, sin embargo esta ya suma tres en 13 encuentros, y dos asistencias –una menos que en toda la campaña pasada-, destapándose como un buen llegador atacando los palos.
Su físico es de lo más valioso para una Atalanta que ve en él un motor que sube y baja la banda, desfondándose hasta línea de fondo, propia o rival. Y esto es precisamente lo que le da rendimiento al equipo a nivel ofensivo, y es que pese a que sus números digan lo contrario, en fase de creación es realmente importante por los metros que avanza por su carril derecho, con y sin balón, y la presión y sacrificio que ofrece cada vez que el bloque presiona la salida de balón rival.
Sin hacer demasiado ruido, el holandés se ha convertido en pieza clave para Gasperini por la regularidad y equilibrio que genera en su banda
Sin hacer demasiado ruido, el holandés se ha convertido en pieza clave para Gasperini por la regularidad y equilibrio que genera en su banda, también a nivel defensivo, y es que pese a que su posición requiera de constantes coberturas, su físico e intensidad con la que comprende el juego compensan sus pérdidas de posición a la hora de permutar con quien le guarda la posición en sus constantes expediciones por el carril derecho, llegando a los repliegues con solvencia. En definitiva, un carrilero a tener muy en cuenta. Apunten el nombre de Hans Hateboer.
Fuente imagen principal: Getty Images.