CHIEVO VERONA (4-3-1-2) | Sorrentino; Barba, Rossetini, Bani, Depaoli; Rigoni, Hetemaj, Kiyine (Jaroszynski, 46′), Giaccherini (Birsa,77), Meggiorini (Stepinski, 61′), Pellisier
INTER (4-2-3-1) | Handanovic; Vrsaljko, de Vrij, Skriniar, D’Ambrosio; Brozovic, J.Mario; Politano (Lautaro, 75′), Nainggolan (Vecino, 67′), Perisic; Icardi (B.Valero, 81′)
GOLES: Perisic (0-1, 39′), Pellisier (1-1, 91′)
- FINAL DRAMÁTICO | Se planteaba este Chievo-Inter como un partido trampa para los neroazzurros, jugando ante el colista de la Serie A, mas ante un Chievo inmerso en una dinámica notablemente positiva con el nuevo preparador. Y al final, terminó siéndolo. En el 91′, cuando el partido parecía abocado al 0-1 final, un desplazamiento frontal del central lo peinó el polaco Stepinski (buenos detalles en la media hora que ha jugado), para activar la carrera al espacio del veterano Pellisier. El experimentado delantero italiano se la levanta a Handanovic y firma el 1-1 final, todo bajo un drama defensivo por parte del Inter.
- DESENLACE INJUSTO PARA EL INTER | Y si bien es cierto que el partido de Spalletti y los suyos no fue brillante, si se generaron las suficientes oportunidades para afrontar los últimos minutos con un colchón de goles mas amplio. Tuvo dos realmente claras Icardi, de esas que no suele errar, Joao Mario dispuso de un remate a bocajarro que mandó desviado, y Nainggolan inquietó la meta de Sorrentino con disparos desde media distancia. El Inter encontró facilidades en el inicio del segundo tiempo para crear superioridades en el último tercio y rematar el partido, mas la falta de acierto en metros finales les privó de ello. A la larga lo terminarían pagando.
- ONCES DE GARANTÍAS | Tanto Spalletti como Di Carlo plantearon el enfrentamiento de hoy con prácticamente sus onces de gala. El preparador toscano le dio la titularidad a Nainggolan semanas después, tras recuperarse de su lesión. Así, el Inter volvió al habitual esquema con dos mediocentros (escalonados a alturas distintas, eso si), con Joao Mario siendo el acompañante del regista Brozovic y con el belga mediapunteando, en ese rol tan familiar, dando altura al equipo, aportando agresividad en la presión, devolviendo los apoyos frontales de Icardi, llegando desde segunda línea…Por fuera, los inamovibles Perisic y Politano tuvieron ciertas carencias para generar y desbordar. En el cuadro gialloblù, dandole continuidad al inamovible 4-3-1-2, entró Rigoni por Radovanovic, lo demás fue lo esperado. Giaccherini enganchando mediocampo con delantera, y arriba Meggiorini-Pellisier. 72 años suman entre los dos, y ahí están, compartiendo ataque en la máxima categoría del fútbol nacional.
- UN CHIEVO COMPETITIVO | Desde luego si hay una cosa que le está aportando Di Carlo a este Chievo Verona es competitividad. Desde que cogió las riendas del cuadro veronés, no ha sumado una sola derrota en liga (6 empates consecutivos). Hoy vuelve a sumar otro punto de prestigio, como ya hizo ante Nápoles o Lazio. Posiblemente ya haya sido demasiado tarde para que el Chievo pueda terminar salvándose (5 puntos sumados, a 9 del decimoséptimo y a 11 del decimosexto), pero la sensación es que con el nuevo preparador siempre da la cara, y las bochornosas imágenes que se ofrecían hace un par de meses recibiendo goleadas abultadas ante rivales de media tabla ya no existen. Hoy, planteando un bloque medio bajo, intentó desactivar las conexiones de Brozovic con Nainggolan, proponiendo encajes individuales por prácticamente todo el campo. Con falta de profundidad para salir y transitar, tuvo tramos en los que la calidad individual y el ritmo impuesto por el Inter los superó, pero junto a esa pizca de suerte y la poca efectividad del cuadro lombardo, el esfuerzo obtuvo su recompensa con el empate final.
- UN INTER MUY TOCADO | El conjunto capitaneado por Mauro Icardi se encuentra en una solución crítica. Los malos resultados cosechados en el último mes han afectado de forma severa la mentalidad de la escuadra. Los futbolistas no transmiten vivacidad, el fútbol propuesto por Spalletti tampoco, y eso sumado a la siempre alta exigencia impuesta por el aficionado neroazzurro, convierten la actual temporada en una travesía por el desierto, con una falta enorme de estímulos. Sin opciones de título, pero con plantilla de sobras para no tener que temer por una plaza de Liga de Campeones, fuera de la máxima competición nacional (la Europa League no motiva la mitad), se presentan estos meses como un ejercicio peliagudo. El miércoles hay un importante Inter-Nápoles en el Meazza, buena oportunidad para los interistas de redimirse delante de su afición en caso de vencer, o por otro lado, en caso de sumar un resultado negativo, aumentar todavía mas la sensación que a día de hoy el Inter todavía tiene que crecer para codearse con proyectos mas consolidados, tanto en Italia como en el viejo continente. Veremos.
Fuente imagen principal: Getty Images.
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