Roma: Mirante; Florenzi, Manolas, Fazio, Kolarov; De Rossi, Cristante, Pellegrini (N’Zonzi 83′); Zaniolo (Santon 87′) , Dzeko, El Shaarawy (Kluivert 90′).
Oporto: Casillas; Militao, Felipe, Pepe, Telles, Otavio (Hernani 84′), Héctor Herrera, Danilo Pereira, Brahimi (Adrián 68′); Fernando (André Pereira 76′), Tiquinho Soares.
Goles: 1-0 (Zaniolo 70′), 2-0 (Zaniolo 76′), 2-1 (Adrián 79′).
- UNA PRIMERA PARTE ESPESA | Por parte de ambos equipos. Ni Roma ni Porto consiguieron imponer especialmente su ley en los primeros 45 minutos, aunque si hubo un equipo que lo consiguió fue el italiano en el tramo final, a raíz de una ocasión de Edin Dzeko que acabó en el poste tras dejar en el suelo con un recorte a Eder Militao. Que fuese Federico Fazio saliendo a dividir hasta campo rival el que generase esta primera gran ocasión pone en evidencia que la fluidez brilló por su ausencia hasta este momento del choque.
- EL PLAN DE SERGIO COICENÇÃO | El técnico portugués sorprendió a propios y extraños con la suplencia de Oliver Torres. Sin el centrocampista español en el campo, dispuso sobre el verde un 4-4-2 que dificultó en el primer tiempo la salida de la Roma y bloqueó su juego interior. En ese contexto, los portugueses estuvieron cómodos atrás pero acabaron sufriendo de lo lindo tras cada vez ceder más terreno a un conjunto capitalino que terminaría por encontrar espacios gracias al transcurso y a la inercia del partido. A su voz, con balón el Porto no pudo ni asentarse ni correr y dependió en exceso de lo que pudiesen generar Alex Telles y Brahimi por la izquierda.
- OTRA NOCHE MÁGICA PARA NICOLÒ ZANIOLO | El genial mediapunta disfrutó del día más importante de su carrera hasta la fecha. Zaniolo jugó partiendo como desde la derecha en el 4-3-3 de la Roma y lo cierto es que, sin jugar mal, su incidencia en el encuentro no había sido más que varias situaciones de recibir de espaldas al lateral, conducir hacia dentro y abrir hacia lado débil y haber filtrado un buen balón a Cristante. Pero Nicolò tiene algo especial. De la nada y con la inestimable colaboración de Dzeko, se convirtió en el jugador italiano más joven de la historia en firmar un doblete -metiendo el primer con la derecha, su pierna mala- en UEFA Champions League. Una más de la irrupción del año en el Calcio. Vendrán más noches como estas.
- EDIN DZEKO, FUENTE INAGOTABLE DE SOLUCIONES | El bosnio no se cansa de demostrar que es élite en partidos de este tipo. No marcó -aunque pudo hacerlo-, pero no lo necesitó para trascender en el partido como nadie lo hizo. Dzeko fue la luz de la Roma en todo momento, pivotando y poniendo a sus compañeros de cara y buscando desmarques largos de éstos hacia la portería de Casillas. Estaba jugando muy bien, pero dio un paso adelante más hasta tal punto que el doblete de Zaniolo no se entiende sin su figura. En el primer tanto, habilita a la emergente figura giallorossa después de controlar en él área y atraer a la defensa del Porto sobre su figura. En el segundo, aprovecha los metros concedidos por la escuadra lusa para conducir y estrellar un disparo raso y seco en la madera cuyo rechace Zaniolo se encargaría de rematar al fondo de la red. Otro recital de un hombre que sigue escribiendo su nombre con letras de oro en la historia de la Roma.
- ADRIÁN AGUA LA FIESTA ROMANA EN PLENO ÉXTASIS | Y es que cuando en el Olímpico se las prometían muy felices tras el 2-0 y aún perduraba la alegría, el español aprovechó una volea mordida de Tiquinho Soares que a la postre se convertiría en un pase decisivo para recitar distancias cuando nadie lo esperaba y conseguir que el Porto creciese y Di Francesco tuviese que optar una postura más conservadora en los últimos minutos. De esta manera, todo queda abierto para la vuelta dentro de dos semanas en Do Dragao.
Fuente imagen principal: Getty Images.
Comentarios recientes