Uno de los partidos que más expectación ha generado entre los aficionados al fútbol se disputará a partir de las 21:00 en el estadio Wanda Metropolitano. La eliminatoria en sí presume de pinceladas atractivas por los múltiples careos y contextos que se generan: Cristiano Ronaldo vuelve a Madrid, el duelo entre dos de las parejas defensivas más fiables en Europa, un careo estadístico entre Mandzukic y Griezmann… pero dentro de la espectacularidad, la nostalgia jugará un papel importante para Álvaro Morata.
El futbolista madrileño militó en las filas de la Juventus de Turín desde 2014 hasta 2016 en la que fue su primera aventura lejos del Real Madrid, con la intención de foguearse y darle una vuelta de tuerca a unas cualidades que aún estaban por florecer. Su adaptación fue rápida, precisa y sencilla ya que, arropado por su nueva afición, aterrizó en la ciudad italiana teniendo la etiqueta de delantero de gran nivel que, con hambre de marcar goles, quería curtirse en una de las plazas más exigentes del panorama futbolístico.
Morata jugó en la Juventus de 2014 a 2016
Sus 23 goles en dos temporadas hicieron que el equipo que tenía sus derechos, el Real Madrid, lo repescara pese a la elevada competencia. La complicidad con Tévez hizo que experimentara nuevas facetas de las que el argentino se benefició al jugar con un sistema con dos delanteros. Sin embargo, Álvaro aprendió a leer los desmarques, a explotar los espacios, a jugar de espaldas para habilitar la subida de los centrocampistas y a precisar los remates, tanto de primeras como a la hora de definir.
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Encima, marcando goles importantes como el que anotó frente a la Fiorentina para encarrilar el Scudetto, o el que anotó en la vuelta de semifinales de la Champions ante el Madrid y el que supuso la conquista de la Coppa Italia, en la prórroga, a diez minutos del final. Una licenciatura que le sirvió para dejar huella entre los bianconeri y entrar en la convocatoria de Vicente Del Bosque para la Eurocopa de 2016.
Ahora, el actual futbolista del Atlético de Madrid vive un proceso de metamorfosis, volviendo a sus orígenes para rescatar su mejor versión tras un paso poco fructífero por el Chelsea. Para ello, intentará que Griezmann sea su Tévez y los Rodri, Koke, Saúl y compañía se vean enriquecidos, como lo hicieron en su día los Pogba, Pirlo, Marchisio o Arturo Vidal, con su juego combinativo y de espaldas a la portería. Morata quiere ser el de la Juve, pero para él, será imposible no tener el corazón dividido en esta eliminatoria.
Fuente imagen destacada: Getty Images.
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