EINTRACHT (3-5-2) | Trapp; Hinteregger, Hasebe, N’Dicka; Da Costa, Fernandes, Rode (Willems, 77′), Gacinovic, Kostic; Haller (Paciencia, 80′), Jovic
INTER (4-2-3-1) | Handanovic; D’Ambrosio, de Vrij, Skriniar, Asamoah; Brozovic, Vecino; Politano, B.Valero (Cedric, 79′), Perisic (Candreva, 58′); Lautaro
- BUEN PLANTEAMIENTO INICIAL DE SPALLETTI | Fue capaz el preparador toscano de encontrar soluciones a través de su pizarra a uno de los mayores peligros que afrontaba en esta noche de jueves: la presión alta del Eintracht en salida de balón. Spalletti, sin un Nainggolan lesionado, optó por darle juego a Borja Valero y convertirlo en una pieza importante en ese sentido. Cuando el cuadro alemán se plantaba a 75 metros de su portería para complicar el avance de la salida interista, Spalletti escalonó a los 3 mediocampistas en alturas muy marcadas. Brozovic, obviamente, en la base siendo el encargado de los primeros pases, pero fue Borja Valero el que retrasó un pelín su ratio de acción para ayudar en ese sentido y ser más capaz de superar presiones, algo en lo que el uruguayo Matías Vecino sufre. A partir de ahí el Inter pudo transitar y sumar salidas de forma más o menos asidua. La primera parte fue positiva para el conjunto interista, y aunque el dominio territorial fuese para los locales, siempre tuvo el encuentro controlado e incluso pudo haber aprovechado un error arbitral, transformando el penalti que Trapp le paró de manera fantástica a Brozovic.
- RESPETO MUTUO | A partir del error en la pena máxima hubo un largo tramo donde ambos conjuntos preferían ser precavidos y no tomar riesgos extremos. El Eintracht no sumó demasiada altura exterior en el primer tiempo, la mayoría de las intentonas se encontraban en el carril zurdo con un Filip Kostic muy acertado, fino en el regate, en la conducción y preciso en el envío, pero de pocas armas más dispuso el conjunto alemán. Haller estuvo algo apagado y le costó ganar envíos frontales, y si el Eintracht es incapaz de encontrar la referencia del francés pierde su mayor baza de peligro. El diseño en fase ofensiva de Adi Hutter es claro, Haller como referencia y eje central, nutrirle de envíos aéreos y que él con su facilidad para salir victorioso de los mismos sea capaz de asentar al equipo en campo rival, darle altura ofensiva y que la oportunidad se empiece a construir a partir de ahí. Con un Vecino y un Skriniar muy atentos en las ayudas y concentrados en el salto, el Inter tuvo bajo control esa faceta durante prácticamente todo el encuentro.
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UN EINTRACHT CON PERSONALIDAD | La segunda parte de los alemanes fue realmente completa y muy buena en general. Asentó el bloque en campo contrario, sumó efectivos por dentro para robar más rápido y más alto, y le dio mucha amplitud y altura exterior a su ataque con los carrileros situados prácticamente en línea con sus delanteros. Da Costa por el perfil diestro estuvo atropellado y algo errático en el envío, aunque supuso una amenaza constante, y Kostic por su parte siguió con su buen momento y fue posiblemente el mejor del partido. A partir de ahí el Eintracht estuvo cómodo y dispuso de las más claras para llevarse una ventaja al Meazza. El plan era claro: interiores escalonados, Rode o Willems claramente por delante de Fernandes, Gacinovic en un rol mixto entre interior y mediapunta, muy rebelde y participativo, buscando soluciones constantes… sólo falló la parte de arriba, ni el mencionado Haller ni el serbio Luka Jovic tuvieron su día, apenas participaron en la creación y pocas veces se encontraron con situaciones de remate dentro del área. - SPALLETTI PRAGMÁTICO | Si en la primera parte el encuentro tuvo frenesí y en todo momento hubo un escenario algo caótico, la segunda parte del Inter de Milan fue realmente conservadora. Por una parte entendible, el equipo no está en un buen momento, ni futbolístico ni psicológico, y la plaza en si era complicada, por lo cual el entrenador neroazzurro dio por bueno el 0-0 a falta de muchos minutos para el silbido final. El Inter reculó lineas y bajó el bloque, dejó de presionar la salida alemana y su segunda parte fue un ejercicio defensivo constante. Apenas pudo sumar salidas con las conducciones de un Politano que en todo momento fue la principal amenaza interista, muy metido en el partido y proponiendo algo distinto. Ya en el tramo final Spalletti le dio entrada a Cedric y colocó a D’Ambrosio de central, para así cerrar con 5 y dibujar un 5-4-1 muy bajo. Al final un Handanovic fiable y otra actuación positiva de la pareja Skriniar-de Vrij defendiendo su propia área de envíos laterales fueron capaces de aguantar el 0-0 en el marcador.
- TODO ABIERTO | El partido del próximo jueves es definitivo, para el Eintracht una oportunidad de seguir haciendo historia y para el cuadro lombardo prácticamente una final, pues de perder le diría adiós a la única opción tangible de título y su moral podría verse hundida. 10.000 alemanes viajarán al Meazza, y será importante que la afición local no juegue un papel negativo incluso para el propio Inter, pues todos sabemos cómo es la sociedad neroazzurra cuando las cosas no van de cara. Desde luego, el partido promete.
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