De Belgrado a Roma, pasando por Ámsterdam y Turín

Juntar a Juventus de Turín y Ajax de Ámterdam en una misma frase es sinónimo de grandeza. Tienen en común, además de ser unos de los equipos más laureados en sus respectivos países, un gen ganador y competitivo que lo diferencia del resto. En sus vitrinas relucen todo tipos de trofeos, Ligas, Copas, trofeos continentales, premios individuales y un sinfín de recuerdos que aguardan un pasado aún más brillante.

Pero el pasado, pasado es. Y el presente no entiende de tiempos vividos, menos aún en el mundo del fútbol. La gloria es efímera, pero Juventus y Ajax han sabido ser constantes a lo largo de la historia, con más o menos altibajos. De ahí, que se hayan tenido que enfrentar en numerosas ocasiones.

Y si ambos son sinónimos de grandeza, las ocasiones que han coincidido en el campo también lo son. Con diferentes estilos, protagonistas, escenarios y, sobre todo, resultados. Dos gigantes del fútbol europeo que se han visto las caras hasta en doce ocasiones y van camino de hacerlo, mínimo, dos veces más gracias a que el sorteo de cuartos de final de la Champions League los volvió a emparejar.

Toca hacer un repaso a la historia de ambos equipos porque hay dos fechas que están -o estuvieron, mejor dicho- marcadas en rojo en el calendario de italianos y holandeses. Dos fechas que resumen un poco la importancia de estos cuartos de final y que sirven para contextualizar la eliminatoria. Y es que, Juventus y Ajax se han medido en dos finales de Champions y han dejado partidos para el recuerdo.

BELGRADO FUE EL INICIO

Corría el final de la temporada 72/73 y Belgrado se vestía de gala para acoger la final de la Champions League. Ajax y Juventus viajaban a la antigua Yugolasvia para conquistar la ‘orejona’, pero en contextos muy diferentes a los actuales. El Ajax se ganó el cartel de especialista en esas finales, pues se encaminaba a disputar su tercera final consecutiva de Champions, habiendo ganado las dos anteriores, mientras que la Juventus, debutaba en una final de tal prestigio.

Por aquel entonces, era todo un David contra Goliat en competiciones europeas, salvando el prestigio nacional que sí tenía la Vecchia Signora. Por ello, el equipo neerlandés partía como claro favorito, además de contar en sus filas con el hombre que revolucionó el fútbol holandés, Johan Cruyff.

Embed from Getty Images

El paso hasta la final no fue nada fácil para ambos conjuntos. El Ajax se plantó en la final con un partido menos. Por entonces, los vigentes campeones accedían a los octavos de final de forma automática, mientras el resto de los participantes disputaban los dieciseisavos de final. Los holandeses apearon a al CSKA Sofía, Bayern de Múnich y Real Madrid antes de llegar a Belgrado; la Juventus sufrió algo más y apeó al Olympique de Marsella, Magdeburg -perteneciente a la República Democrática Alemana-, Újpest Dózsa -Hungría- y al Derby County inglés.

Pese que, a priori, los rivales de la Juventus cuentan con menor prestigio continental, el Ajax se impuso a sus rivales con mucha superioridad. El cuadro holandés era uno de los clubes europeos que mayor pasión despertaba en el mundo, por lo que era el gran rival por batir.

Además del ya mencionado Johan Cruyff, en sus filas contaba con nombres como Blankenburg, Ruud Krol, Neeskens o Johnny Rep. Un equipo que no solo vencía, sino que gustaba por la forma en la que lo hacía. En el lado bianconero destacaban futbolistas como Dino Zoff, Salvadore, Capello o Anastasi, dirigido por el checo Čestmír Vycpálek.

Embed from Getty Images

Así, el 30 de mayo de 1973, el Estadio Estrella Rojo presenció el primer duelo entre Ajax y Juventus que se resolvió muy pronto. A los cuatro minutos, el cuadro dirigido por Stefan Kovacs hizo el 1-0, único tanto del partido. Johnny Rep fue el autor del gol que dio la tercera Champions al Ajax, todas de forma consecutiva.

Confluyeron dos equipos que arrastraban historias diferentes. El Ajax, campeón de Europa y con un estilo renovador, y la Juventus, que tenía ante sí su primera gran oportunidad de conquistar el continente y con un juego más conservador haciendo alusión a los estereotipos italianos. Por un lado, el impulso holandés que basaba sus victorias en la capacidad goleadora y por otro, la solidez defensiva que sostenía a una Juventus que se encontraba cómoda sin balón.

LA REVANCHA SE GESTÓ EN ROMA

Veintitrés años después, los dos equipos volvieron a coincidir en una noche importante. Esta vez fue en territorio italiano, aunque no en Turín. El Olímpico de Roma albergó la final de la Champions de la temporada 95/96 y de nuevo, Juventus y Ajax como protagonistas de la contienda.

Aunque la final se disputó en territorio italiano, la Juventus jugó como visitante la final. La Vecchia Signora ya sabía lo que era levantar una Champions, pero también empezó a gestar su mala fortuna en las finales europeas desde que comenzase ante el cuadro holandés en Belgrado.

Nuevamente, el Ajax llegaba a la final para defender el título cosechado la campaña anterior. Venció por la mínima al Milan en Viena y se entorchó su cuarta y última Champions. Era un guion muy parecido y todo indicaba a que el Ajax podía hacer valer su etiqueta de campeón. Además, mantuvo un bloque muy parecido, comenzando desde el entrenador, Louis van Gaal y pasando por jugadores como van der Sar, los hermanos de Boer, Finidi, David, Kluivert, Kanu o Blind.

La Juventus comenzó una etapa en la que alcanzaría tres finales de Champions consecutivas, pero sin el resultado esperado. El equipo de Marcello Lippi también contaba con futbolistas muy importantes que suenan a épocas más recientes como Peruzzi, Ferrara, Conte, Deschamps, Vialli o un jovencísimo Del Piero.

Embed from Getty Images

Al igual que en la primera final, volvieron a enfrentarse dos estilos muy diferentes. La verticalidad del Ajax ante el empuje y el pragmatismo de la Juventus. Fueron los italianos los primeros en golpear. Fabrizio Ravanelli puso el 0-1 en el marcador antes del cuarto de hora de partido y, antes del descanso, el finlandés Jari Litmanen empató el encuentro.

Un empate que duró durante el resto de los noventa minutos y la pertinente prórroga. La lotería de los penaltis decidió quien levantaba aquella edición de la Champions. Una excelente actuación de Peruzzi bajo palos al atajar los penaltis de Davids y Silooy y el pleno de penaltis bianconeri decantaron la balanza. El yugoslavo Vladimir Jugovic fue el encargado de transformar el penalti decisivo.

Así fue como el 22 de mayo de 1996, la Juventus levantó al cielo de Roma su segunda Champions, tomándose la revancha ante el Ajax veintitrés años después. Una final que supuso la última gran conquista europea para la Juventus y que esta temporada quiere enmendar.

La historia deportiva vuelve a cruzar a dos escuadras que se conocen y cuyos enfrentamientos no colocan como favoritos a ninguno. Dos finales y dos resultados distintos. Reyes de Europa y estandartes de la Champions vuelven a bajar a la arena. Sin Belgrado ni Roma en el presente, pero con Ámsterdam y Turín en el horizonte.

Fuente imagen principal: Getty Images.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *