NÁPOLES (4-4-2) | Karnezis; Malcuit, Albiol, Koulibaly (Luperto, 84′), Ghoulam; Callejón, Allan, Zielinski, Fabián; Mertens (Younes, 80′), Milik (Insigne, 76′)
INTER (4-2-3-1) | Handanovic; D’Ambrosio, Miranda, Skriniar, Asamoah; Brozovic, Gagliardini (Vecino, 58′); Politano (Icardi, 46′), Nainggolan, Perisic (Candreva, 79′); Lautaro
GOLES: Zielinski (1-0, 16′), Mertens (2-0, 61′), Fabián (3-0, 71′), Fabián (4-0, 78′), Icardi (p) (4-1, 81′)
- EL NÁPOLES FUSTIGA AL INTER | En el que por cartel era el partido más destacado de la penúltima jornada de Serie A, el conjunto sureño pasó por encima del cuadro dirigido por Luciano Spalletti, de principio a fin, con un plan de partido trabajado y ejecutado a la perfección, manifestando su superioridad, demostrando su jerarquía actual y mandando un mensaje al país entero: este Nápoles sigue siendo, y muy claramente además, la segunda fuerza nacional. La madurez, el desarrollo y la actualidad de su proyecto sigue siendo ostensiblemente superior a la de los conjuntos capitalinos y sociedades milanesas.
- LA PRESIÓN COMO PLAN DE PARTIDA | Este triunfo del Napoli puede entenderse a partir de varios puntos de partida, siendo el primero de ellos la presión a campo contrario que lanzó Ancelotti. Hoy, con algunos retoques conceptuales (Fabián por izquierda, Zielinski por dentro) proyectó a su equipo de forma muy ambiciosa para incomodar los primeros pases interistas. La puesta en escena era clara, con Zielinski acompañando al brasileño Allan en el doble mediocentro, el Nápoles disponía de dos centrocampistas capaces de lanzar la presión alta, hacerlo de manera agresiva y, al mismo tiempo, tener margen de corrección a campo abierto dadas las condiciones atléticas de ambos para transitar hacia atrás. Con Fabián en posiciones intermedias pero tapando la banda izquierda sin balón y con un Koulibaly que saliendo de zona y saltando a la presión alta es una garantía, el Nápoles ahogó la salida de balón del Inter y, pese a encadenar tramos medianamente largos sin retener el esférico, siempre tuvo el dominio del escenario y el control de los tiempos. A través del habitual 4-4-2, Ancelotti apretaba con una defensa zonal, nada de encajes individuales ni, mucho menos, persecuciones. Ante las pocas soluciones en apoyos frontales de sus hombres de ataque y la incapacidad para encontrar vías de pase sin taponar, tanto Brozovic como Gagliardini sufrieron para avanzar metros y aposentar al Inter en campo contrario. Al final el desequilibro en el marcador terminó rubricándolo un golazo estratosférico de Zielinski desde fuera el área, pero la supremacía napolitana en ese primer tiempo fue incontestable.
- SPALLETI MUEVE PERO NO FUNCIONA | Después de unos primeros compases iniciales donde la superioridad del Nápoles había sido completamente tangible y la necesidad clasificatoria del Inter aún era más evidente, el preparador toscano intentó cambiar el rumbo del partido a través de su dirección de campo. Retiró a un Politano que apenas había podido recibir en situaciones ventajosas para darle entrada a Icardi (había empezado desde el banquillo). Así con esta modificación el Inter cambió de sistema; defensa de tres configurada por Skriniar-Miranda-D’Ambrosio, carriles largos y anchos para Asamoah y Perisic, mediocampo con distribución espacial desigual entre Brozovic, Gagliardini y Nainggolan (el último de ellos claramente más avanzado, enlazando entre líneas) y en punta de ataque la dupla argentina formada por Lautaro e Icardi. Los primeros quince minutos del segundo intervalo fueron claramente neroazzurros, Spalletti había sido capaz de cambiar el guión del partido y el Inter, además de estar asentado en campo contrario, encontraba fluidez en sus posesiones y ahogaba al Nápoles en su propia frontal, pero un error defensivo de compenetración y marcaje suposo el 2-0 napolitano, en un centro de Callejón que terminó remachando Mertens dentro del área pequeña, prácticamente libre de marca. El conjunto milanés siguió con su plan de juego, avasallando hasta cierto punto la meta defendida por Karnezis, hasta que Lautaro tuvo dos ocasiones manifiestas (una salvada de Koulibaly bajo palos digna de ser vista, absolutamente demencial) y el Nápoles castigó a la contra con el 3-0 firmado por Fabián Ruíz. Ahí el Inter se derrumbó moralmente y su plan empezó a hacer aguas en todas las transiciones locales, la figura de Lautaro no encontraba socios que acompañasen y, en la enésima transición napolitana, Fabián cerró el choque poniendo el 4-0 en el luminoso. Un penalti transformado por Mauro Icardi a las postrimerías del choque terminaría colocando el 4-1 definitivo.
- LAUTARO SIGUE CRECIENDO | En una actuación colectiva paupérrima y dentro de un escenario terriblemente adverso, el joven atacante argentino fue capaz de (volver a) demostrar unos niveles de madurez y comprensión del juego enormes. Instalado en la punta de ataque, el contexto no acompañó en ninguna de las dos mitades, la base del Inter era incapaz de encontrarle con frecuencia y sus receptores tampoco recibían en posiciones increíblemente ventajosas, pero su librillo de apoyos, giros, movimientos sin balón y, sobretodo, descargas, fue gigante. Querría hacer hincapié en este último punto, y es que Lautaro Martínez domina la descarga frontal como muy posiblemente contados jugadores en todo el mundo. En ese sentido ya es élite total, su sensibilidad para recibir entre líneas, temporizar la proyección del receptor exterior y desahogar, es sencillamente perfecta. Además, si algo le convierte en determinante y prácticamente indefendible en ese aspecto es su inteligencia para, una vez haber descargado, ocupar zona de remate y encontrar el espacio libre. En un Inter que se desvanece y en un proyecto que lleva meses a la deriva, Lautaro Martínez es un rayo de luz que hay que saber apreciar. Siempre es buen momento para hacer propaganda, qué jugador.
- TODO POR DECIDIR | Hace no tanto cuando hablábamos del Inter lo hacíamos dando por hecha su presencia en la siguiente Liga de Campeones, y nada más lejos de la realidad: llega a la última jornada con la obligación irremediable de ganar para clasificarse entre los cuatro primeros. La derrota de hoy en Nápoles ya le ha quitado la tercera plaza en detrimento del Atalanta, mas de no vencer la semana que viene a un Empoli que se juega la vida y viene con una dinámica fantástica, el Inter podría quedarse fuera de Champions League si su rival ciudadado, el Milan, vence en Ferrara ante la SPAL. Se presenta un final de temporada palpitante y, sobretodo, con prácticamente el futuro a medio plazo de dos proyectos realmente ambiciosos en juego.