Es una de las irrupciones de la temporada en el Inter. Alessandro Bastoni ha concedido una larga entrevista a a los micrófonos de ‘Inter TV’, la televisión oficial del club Nerazzurri, para hablar de su primera temporada completa en el primer equipo del Inter.
El número 95. «Esta historia comienza cuando recibí la llamada para ir con el primer equipo de la Atalanta. Le había hecho una promesa a mi hermano: poner su año de nacimiento como mi número. Esta es una manera de tenerlo a él y a toda la familia en el campo, conmigo. Siempre seremos una familia muy unida. Mi hermano y yo nos contamos todo».
Pasión por el baloncesto. «Me apasiona el baloncesto aunque mi equipo está ahora en Serie B. ¿Qué me gusta del baloncesto? El entorno, la preparación del partido que hacen los jugadores, que es muy diferente al nuestro. Me gusta vivir el entorno previo y también el posterior, luego me hice amigo de varios jugadores del equipo del Olimpia Milano. Y tal vez soy bueno jugando en el baloncesto».
Sus años en la academia de la Atalanta. «Estuve 10 años haciendo viajes de ida y vuelta de 130 kilómetros desde casa a Bérgamo, sin mi padre nunca lo habría logrado. En el coche dormía porque salía a las 7 de la mañana y llegaba a las 9 de la noche. Por suerte mi padre no se durmió… Mi padre siempre fue un apasionado, también jugó en Serie B con la Cremonese».
Infancia. «Cuando era un niño, ayudé a mi abuelo en el huerto. Esto me enseñó a comprender los verdaderos valores, a mantener los pies en el suelo y comprender lo que realmente importa. Ahora soy un devorador de cualquier tipo de verdura o fruta, me encantan las zanahorias».
El álbum de Panini. «Tengo que hacer que mi niñera sea nombrada santa, porque la maté psicológicamente… Sabía todo sobre futbolistas y probaba con ella. Creo que ella también sabe algo ahora. Pero nunca he podido terminar un álbum. Ahora, cuando mis primos me envían la foto de mi figura, tiene un efecto particular… Estoy experimentando algo extraño, lejos del mundo de donde vengo. Para mí es un sueño jugar frente a 70.000 personas en San Siro, lo vivo al máximo».