Un escándalo que, sin duda, va a traer cola. Un extenso artículo publicado hoy en ‘Corriere della Sera’ revela la existencia de un acuerdo entre la abogada María Turco (representante de la Juventus) y Simone Olivieri (Director General de la Universidad de Extranjera de Perugia) para que todos los futbolistas extranjeros que necesitaban una certificación para obtener la ciudadanía italiana tomen el examen. Esto podría acarrear sanciones futuras para la Juventus, aunque el club se defiende y dice no estar implicado ni ser conocedor de estos procedimientos.
Dicho periódico ha sacado a la luz al menos tres llamadas telefónicas entre los personajes anteriormente citados, las cuales desvelan la negociación para pasar la prueba italiana sin mayores problemas Luis Suárez, en negociaciones de fichaje por la Juventus en aquel momento. Las investigaciones de la Guardia di Finanza, que investiga el delito de corrupción, se centran en esto, pero también podrían entrar los controles de la justicia deportiva por cualquier falta disciplinaria.
Desde ‘Corriere della Sera’ se reconstruye la historia: es a principios de septiembre cuando un amigo de Olivieri lo pone en contacto con la abogada María Turco. Así comenzó una serie de llamadas telefónicas para acordar los métodos de realización del examen. Más tarde, la abogada explica a Olivieri su intención de «dirigir» a todos los demás jugadores de fuera de la Unión Europea a la Universidad Extranjera de Perugia.
Por parte de la Juventus, sin embargo, la respuesta es firme. Según el diario anteriormente citado, el club bianconero se defiende alegando que no ha organizado el examen ni el viaje de Luis Suárez a Perugia. Porque una cosa es pedir información a una universidad como hizo el club, otra planificar todos los detalles, desde el curso online hasta el examen, pasando por el vuelo desde Barcelona. Ellos defienden que esto es cosa de la abogada en cuestión, sin ninguna implicación del club.