Federico Chiesa salió como el hombre de la noche de San Siro. No solo por sus dos goles que dieron la victoria a la Juventus, sino por su actuación, por cómo hizo tanto daño por la derecha, encaró una y otra vez a Theo Hernández y no le permitió atacar en ningún momento, algo que fue clave en el resultado del encuentro. Pero pese a la actuación, salió lesionado y quiso mandar primero un mensaje de tranquilidad: «¿El cambio? Estoy bien, tuve un problema de cadera. Nada muscular, mañana recuperación. Nada serio. Me lastimé, no estaba corriendo tan bien. Le dije al entrenador que ya no podía correr».
Antes de que Chiesa hiciera el 1-2 con un gran disparo con la izquierda ajustado al palo derecho de la portería de un Donnarumma que no pudo llegar, el italiano marcó un 0-1 fantástico tras una gran pared con Paulo Dybala, gol que lo analizó así: «Lo que me pide el entrenador es que dé el balón o intente el uno contra uno y luego me lance al espacio. Entonces jugadores como Dybala y Cristiano ven cosas que otros no ven. Nada más que decir».
Y por último el ex de la Fiorentina quiso destacar que está preparado para lo que le pida su entrenador, Andrea Pirlo, como incluso parar a Theo Hernández, tal y como hizo en San Siro: «Aquí te piden algo más, tienes mayores responsabilidades. Siempre soy generoso e intento ayudar al equipo en la fase defensiva. En la segunda mitad sufrimos juntos. Estamos felices por el resultado».