Gattuso se defiende: «No soy racista»

Se defiende. Gennaro Gattuso concedió una larga entrevista con el Corriere della Sera, partiendo de las acusaciones de racismo de los últimos días: «No soy como me describen en las redes sociales, estas acusaciones me hacen sufrir».

Estas fueron sus palabras:

Racismo

“Se toman declaraciones de diferentes años, se aíslan del contexto y se arman juicios con el objetivo de deslegitimar a una persona, a una vida. Los tribunales son un asunto serio: alguien acusa, alguien defiende, alguien juzga… Cuando escucho que soy racista, siento que me estoy volviendo loco. Ninguna persona, nunca, puede ser juzgada por el color de su piel. Conozco a muchos de piel blanca que no se portan bien. El racismo siempre debe ser combatido. Entrené a decenas de jugadores que tenían una piel distinta a la mía, tres de ellos trabajan en mi restaurante, tenía compañeros a los que amaba. Para mí no importa el color de la piel, la persona cuenta. Su honestidad, su lealtad».

Homofobia

«Luego añadí que para mí cada uno es libre de hacer lo que le plazca. Y eso es exactamente lo que creo. Cualquier libertad, incluida la del comportamiento sexual, es bienvenida, es un signo de progreso.

Mujeres en el fútbol

«En todos los campos, las mujeres hacen lo mismo y mejor que los hombres. Lo están demostrando en los gobiernos, en las empresas, en todos los sectores… Cuantas más responsabilidades tengan las mujeres, mejor será. Agregaré una cosa, que puede explicar mi estado de ánimo ese día: considero a Galliani como la mejor persona que he conocido en el fútbol. Siempre supo decir lo correcto en el momento adecuado».

Su marcha del Milan

«Estoy muy agradecido al Milan. Si soy lo que soy, se lo debo a ese club, a esos colores que siempre me han gustado… No quería ser una carga y quería irme de puntillas. ¿La cifra? Cinco millones y medio de euros netos. Una parte fue para pagar al staff técnico que de lo contrario, con mi salida, se habría quedado sin nada, y no era justo. Pero no me molestó tanto. El AC Milan, como jugador y como entrenador, transformó mi vida. No puedo olvidar cuando, tras la victoria en el Campeonato de 1990, mi padre me llevó a desfilar por el pueblo con la camiseta rossoneri puesta. Estaba orgulloso de usarla, aunque obviamente era una réplica, no un original».

 

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