Problemas en Italia. La inundación que azotó la Toscana provocó la muerte de siete personas y causó daños a numerosos edificios, incluidas viviendas particulares y empresas. Cuando se acerca el fin de semana, y cuando se acerca el campeonato de la Serie A con el Fiorentina-Juventus, un partido ciertamente no trivial, estas horas se hablaba de la posibilidad de un aplazamiento debido al mal tiempo.
Ayer, el alcalde de Florencia, Dario Nardella, habló en rueda de prensa y declaró al respecto: «Por el momento no hay planes de posponer el partido, pero la situación será controlada en las próximas horas. Desafortunadamente, las previsiones no pintan bien y si volviera a llover durante el fin de semana las operaciones de rescate serían complicadas».
Mucho más clara fue la posición de la Curva Fiesole, el movimiento cálido y organizado que apoya a la Fiorentina, que ayer por la tarde, a través de sus redes sociales, publicó un mensaje titulado «El partido no se debe jugar». Y añadían: «Una parte de nuestra ciudad está completamente de rodillas, las casas destruidas, las vidas destrozadas y mientras sigue lloviendo pensamos en jugar el partido del domingo como si nada hubiera pasado».
A la espera de noticias, que podrían llegar durante el día o mañana por la mañana, la FIGC ha ordenado un minuto de silencio en todos los campos «en memoria de las víctimas y como signo de cercanía a la población de Toscana y de todos los territorios afectados por los calamitosos acontecimientos de las últimas horas».