El Udinese 1-0 Sampdoria en cinco detalles

Udinese: Scuffet – Larsen, Ekong, Nuytinck, Samir – Fofana, Behrami (Opoku, 90’+), Mandrágora – Machís (D’Alessandro, 76′) , Lasagna (Teodorczyk, 66′).

Sampdoria: Audero – Bereszynski, Andersen, Colley, Murru – Linetty, Barreto, Jankto (Ekdal, 70′) – Gastón Ramírez (Saponara, 59′) – Defrel, Quagliarella (Kownacki, 74′).

  • JULIO VELÁZQUEZ IMPONE SU LIBRETO I La mano del técnico salmantino ya se deja notar en el Friuli. Su Udinese, formando en 4-3-3, supo cerrar espacios entre líneas y salir rápido al contragolpe. El 67% de posesión de la Sampdoria fue inefectivo, aunque es cierto que tuvo llegadas suficientes como para empatar el partido. No obstante, la velocidad de los extremos y el buen criterio de Behrami y Mandrágora como lanzadores hicieron que los bianconeri gozaran de más y mejores ocasiones de peligro.
  • FOFANA ES UN CAMIÓN I El mediocentro africano está gozando de mucha libertad en el medio campo. Mediante sus conducciones ‘a lo Yaya Touré’ descosió la medular de la Sampdoria continuamente. Precisamente en una de ellas surgió el gol del empate. Además, es el primer centrocampista de su equipo en saltar a la presión, y siempre ayuda atrás. El marfileño, con su despliegue físico y criterio para soltarla después, ya lleva un gol y una asistencia en dos partidos.
  • SE ABRIÓ EL TARRO DE LAS ESENCIAS CON DE PAUL I Acostado en la izquierda, abandona la cal con frecuencia para recibir en la frontal del área y definir la jugada. Además, todas las pelotas del ataque pasan por él. Ha ganado calma y cerebralidad en su juego, y ahora sabe cómo, cuándo y hacia dónde arrancar para ser más letal. El de Sarandí, tras su tanto decisivo anoche, lleva dos goles en dos encuentros.
  • EL TALENTO DE LA SAMP NECESITA COHERENCIA I En el partido del Friuli, Marco Giampaolo no dispuso de todas sus armas recién adquiridas desde el inicio. Por el contrario, apostó por la sapiencia de Barreto y Quagliarella desde el inicio. No cabe duda de que los Colley, Saponara o Defrel deberán conjugar con los Linetty, Gastón Ramírez o Caprari, pero el italiano (también por una cuestión de adaptación y ritmo) prefirió apostar por el oficio y la experiencia. No estuvo mal tirado, pero a los blucerchiati les faltó presencia dentro del área para culminar sus jugadas.
  • ESTAMOS EN AGOSTO I No podemos olvidarlo a pesar de todo lo expuesto anteriormente. Quizá esta frase de perogrullo os alerte de algo obvio, pero significa, a ojos de cualquier futbolero que se precie, que estamos empezando la temporada. El tono físico tuvo mucho que ver en todo el cruce. Probablemente ambos equipos sufrirán mutaciones acordes a la incorporación de los recién fichados o incluso de otros que estén por llegar. Además, la ausencia de jugadores en uno y otro equipo, como Badu e Ingelsson en Udinese, y Caprari o Praet en la Samp, darán otro empaque al equipo durante un campeonato que solo acaba de empezar.

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Previa Serie A | Udinese – Sampdoria

La Sampdoria se estrena en la Serie A esta temporada tras el suceso del puente de Génova. Aún con el susto en el cuerpo, iniciará su travesía en la temporada 2018-2019 con las bajas de Viviano, Strinic y, sobre todo, Lucas Torreira, que han salido del equipo buscando nuevos retos. El equipo presidido por Massimo Ferrero, sin embargo, ha hecho incorporaciones de relumbrón: los Saponara, Defrel y Tonelli se unen a otros fichajes como Omar Colley, Ronaldo Vieira o Albin Ekdal, que completarán el núcleo duro de una plantilla más que interesante. Marco Giampaolo tendrá dónde elegir semana tras semana para confeccionar sus onces.

La Sampdoria se estrena en la Serie A esta temporada tras el suceso del puente de Génova. Aún con el susto en el cuerpo, iniciará su travesía en la temporada 2018-2019 con las bajas de Viviano, Strinic y, sobre todo, Lucas Torreira

Por su parte el Udinese de Julio Velázquez sí que jugó su partido la semana pasada. El técnico salmantino tendrá que seguir buscando el equilibrio defensivo. La ausencia de Emmanuel Badu por lesión es una faena para esta cuestión. Por otra parte, Velázquez deberá encontrar una forma para que Rodrigo De Paul y Darwin Machís jueguen cómodos en los costados. A priori, Machís se siente mucho más cómodo en la izquierda, y a De Paul no le es ajeno el perfil diestro, donde ya jugó toda la temporada pasada. Sin embargo la primera decisión del español fue la de ubicarlos al contrario, a pierna cambiada.

El partido, de hecho, puede estar precisamente en las bandas. Udinese acostumbra a salir por fuera con sus extremos (plan que se ha reforzado tras la llegada de Machís) y arriba Lasagna y también Teodorczyk, recién llegado, son delanteros de área que esperan los centros para cargar el remate. Por el contrario, la Samp es un equipo que tendía a jugar sin extremos, por lo que las ayudas en banda, procedentes de los volantes/interiores, pueden tardar en llegar. Una de las claves del partido pueden estar ahí, aunque también es cierto que la superioridad numérica y de talento asociativo de los blucerchiati en medio campo bien podrían imponerse en la batalla táctica. Hoy, a partir de las 20:30, conoceremos la respuesta.

ALINEACIONES PROBABLES

Udinese vs Sampdoria - Football tactics and formations

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Liderazgo en Giacomo Bonaventura

El AC Milan de Vincenzo Montella está siendo una de las sorpresas del panorama europeo. Solidez, sobriedad, orden y criterio con balón están siendo sus avales competitivos. Sin embargo, un equipo basado en el orden debe tener alguien que genere el caos en el equipo rival. Y ese no es otro que Giacomo Bonaventura.

Era el verano de 2014, y el mercado de fichajes del AC Milan era de todo menos inspirador. Descartes de otros equipos, como Diego López, Fernando Torres, Álex, Ménez o Suso, unidos a otros nombres de perfil menor como Gabriel Paletta o Mattia Destro, llegarían ese verano a Casa Milan. Jugadores con cierto renombre, pero que debían rendir más que en su año anterior para que el equipo pudiera competir por estar bien arriba. En el banquillo, el novato Filippo Inzaghi sería el encargado de acoplar una estructura competitiva uniendo esos fichajes con el escaso talento que aún permanecía en la plantilla. Sin embargo, sobre la bocina se cerró la que sería la gran incorporación del mercado, y el fichaje más caro de aquel año: Giacomo Bonaventura. El jugador más destacado de un equipo generador de talento como el Atalanta arribaría a Casa Milan a cambio de 7 millones de euros. Acostado en la izquierda del ataque bergamasco, ‘Jack’ Bonaventura driblaba a todo el que le salía a su par. Sin embargo carecía de una gran resolución en los resultados finales. Un bagaje de 5 goles y 4 asistencias la temporada previa a su desembarco en Milán eran cifras decentes, pero no parecían la solución a los problemas que el Milan tenía arriba desde que Ibrahimovic marchó a París.

El acoplamiento de Bonaventura al AC Milan de Filippo Inzaghi no fue fácil. La preferencia del míster por jugadores de carácter más finalizador arriba –como Honda, Cerci o Ménez- para acompañar al delantero centro hizo que ‘Jack’ tuviera que buscar acomodo en el interior izquierdo, primero en 1-4-4-1-1 con labores más organizativas que las que asumía en el Atalanta, y posteriormente en 1-4-3-3 con falso 9, en el que Bonaventura debía abrirle siempre líneas de pase a Nigel De Jong, para que no tuviera dificultades en salida de balón. En definitiva, Bonaventura pasó en muy poco tiempo de ser un elemento que desbordaba al rival a uno que generaba orden a su propio equipo. Sin embargo, no perdió su esencia regateadora, e incorporó a su repertorio una paleta de pases muy amplia. Como interior izquierdo, ‘Jack’ recibía en la base, abría líneas de pase por el costado izquierdo, cambiaba de frente cuando había juntado al equipo rival a su alrededor y, para colmo, desarrolló una gran capacidad para filtrar el pase definitivo al delantero. Más allá de su gran nivel, se convirtió en el centrocampista más importante del equipo tras la lesión de Montolivo. Andrea Poli nunca estuvo capacitado para dirigir al Milan, y los otros mediocentros eran Michaël Essien, Sulley Muntari, muy limitados con balón, y unos jovencísimos Riccardo Saponara y Bryan Cristante, quienes no llegaron a contar con una oportunidad.

Ante la escasez de talento a su alrededor, Giacomo Bonaventura tuvo que erigirse como líder del centro del campo milanista

Sin embargo, su confirmación total como el motor del equipo llegó la temporada siguiente, a las órdenes de Mihajlovic. Tras muchas pruebas con el dibujo táctico, Sinisa asentó a su Milan en un 1-4-4-2 clásico en el que Jack seguía acostado en la izquierda. El equipo mantenía las líneas muy juntas, y el italiano era el encargado de lanzar los contragolpes, acelerar mediante conducciones y buscar en profundidad a dos flechas como Niang y Bacca, jugadores con buen criterio para combinar desmarques de apoyo y de ruptura según lo que pidiera la jugada en cada momento. Además, la tranquilidad con la que juega Bonaventura y su habilidad le permiten pausar la jugada unos segundos y aguantar la bola (la protege muy bien con el cuerpo, poniendo el trasero entre los rivales y el balón). Estos segundos son mágicos para que el Milan suba líneas y los apoyos le lleguen. Esa pausa también se traduce en un gran criterio con el balón: Bonaventura no se equivoca casi nunca. Como no le quema la pelota en los pies, irse de dos rivales para luego soltarla y dejar a un compañero en situación de ventaja no es problema para él.

En el nuevo Milan de Vincenzo Montella los roles se han repartido más. Bonaventura ya no tiene que recibir tan abajo ni tan escorado, ya que la irrupción de un jugador que la saca desde atrás como Manuel Locatelli le permite irse más arriba, y Mattia De Sciglio está subiendo con buen criterio, por lo que Jack está tendiendo mucho más a zonas interiores y de mediapunta. Pese a que, en salida de balón, otros jugadores como el propio Locatelli o Alessio Romagnoli están teniendo más peso, en la gestión de la pelota en campo rival Bonaventura es el líder. Siempre es una solución a sus compañeros, recibe a espaldas de la presión rival y contemporiza el ataque rossonero. Saca las jugadas de estrategia y ya nos ha regalado goles de bella factura en el libre directo. Y, por si todo esto fuera poco, es un comodín para su entrenador, que lo ha ubicado también como extremo izquierdo los días que M’Baye Niang no está.

Curiosamente, la progresión en sus cifras realizadoras ha llegado cuando su relación con la gestión del juego ha sido mayor. Cuando más gestor ha sido, mejores números ha cifrado

Esta evolución también se ha visto refrendada en su faceta realizadora. Siete goles y cuatro asistencias en la 14/15, y seis tantos y diez pases de gol en la 15/16 nos muestran una sensible progresión respecto a sus años en el Atalanta. Aunque asistió en 2013 con la Azzurra para disputar un encuentro ante San Marino, no ha sido hasta ahora que Giacomo Bonaventura se ha convertido en habitual de las convocatorias de Italia. Pese a su gran temporada pasada, Antonio Conte no lo consideró para asistir a la Eurocopa de Austria y Polonia de 2016, pero Giampiero Ventura sí ha contado con él habitualmente en las listas que ha elaborado desde que asumiera el cargo en sustitución del hoy técnico del Chelsea.

Y refrendada se verá también, más que probablemente, en una renovación al alza por parte de su club. Las cifras que se manejan son de dos millones de euros netos más pluses de salario, y una extensión de su contrato hasta junio de 2021. Una protección necesaria para un jugador al que, según la prensa, equipos como Atlético de Madrid, Liverpool o Manchester City estarían siguiendo. Aunque, por lo pronto, seguiremos disfrutando de su fútbol en las filas del AC Milan.

Foto imagen principal: Marco Luzzani (Getty Images)

Un sitio ideal para Iago Falqué

El extremo pontevedrés era una de las grandes promesas del fútbol español hace algunos años. Firmó muy jovencito por la Juventus, luego fue al Tottenham, fue cedido por ambos clubes en innumerables ocasiones y, tras su paso por el Rayo Vallecano y sus grandes temporadas en Italia, podemos decir que ya es una realidad. Estamos viendo al mejor Iago Falqué.

Iago Falqué tuvo un paso importante por el Villarreal B en la temporada 2010-2011, cuando Javi Gracia entrenaba al filial del Submarino Amarillo. Aquel año compartió equipo con jugadores como Diego Mariño, Jaume Costa o Hernán Pérez, y otros nombres como Mubarak Wakaso o Mario Gaspar comenzarían a asomar la cabeza por el filial. Iago fue el pichichi del equipo en la categoría con 11 goles. El año en Segunda no pasó desapercibido, y el Tottenham insistió a la Juventus de Turín en su cesión la temporada 11-12. Ese año fue directamente cedido al Southampton, entonces en la Championship, donde solo disputó un partido. En la 12-13 el Tottenham pagó un millón de euros por su pase definitivo, y allí jugó ocho partidos de Premier League U-21, anotando seis goles y dando cinco asistencias. Su buen rendimiento le valió un testimonial debut en el primer equipo, disputando cinco minutos de un partido. En invierno fue cedido a la UD Almería, logrando el ascenso a Primera División. Pero el auténtico punto de inflexión en su carrera fue la cesión al Rayo Vallecano. Antes de arribar a Vallecas todavía le dio tiempo a sumar a su registro dos goles y tres asistencias en dos partidos que jugó con el Tottenham U-23 en agosto de 2013.

Como a otros jugadores, el paso por el Rayo Vallecano de Paco Jémez supuso un punto de inflexión hacia mejor para Iago Falqué

En el Rayo Vallecano de Paco Jémez se convirtió en un hombre clave. El jugador, que había mamado el fútbol de la Masía, no tuvo problemas en entender lo que el técnico canario le pedía a nivel asociativo. Partiendo desde la banda izquierda, a pie natural, mezclaba muy bien sus funciones. Por momentos era el encargado de estirar el campo a lo ancho, se abría mucho y encontraba situaciones de uno contra uno ante el lateral rival o buscaba con centros a la cabeza de Joaquín Larrivey; otras veces recibía la visita del punta argentino, que caía a su banda para bajar balones largos de la zaga o el portero y se los cedía de cara al extremo para que gestionara; y otras tantas venía al centro para juntarse con Alberto Bueno, con quien formó una sociedad muy beneficiosa para ambos. En algunos tramos lo vimos en banda derecha también, pero tras el mercado invernal Rubén Rochina se asentó en ese puesto y Jémez encontró continuidad tanto en el juego como en resultados con él en la siniestra.

Como les pasó a otros tras jugar en el Rayo, Iago Falqué pasó a estar en el escaparate internacional. Un club como el Genoa, que en los últimos años está relanzando a muchos extremos con proyección que parecían estancados (el caso de Suso, Niang, Perotti o el propio Falqué) contrató sus servicios, pagando dos millones de euros por su traspaso. Partiendo desde la banda derecha (donde ha asentado su juego en Italia) el español era una fuente de juego, regate y goles. Jugando a pierna cambiada pisaba mucho zona de mediapuntas, donde cargaba el disparo con facilidad y asistía a compañeros con grandes pases y centros. De su relación con el delantero centro nacieron grandes jugadas, ya que todos los de la plantilla eran de perfil físico y con gran juego de espaldas. Iago buscaba al referente, este le devolvía la pelota de cara y Falqué realizaba la acción definitiva. También resolvía situaciones pegado a la cal cuando tocaba ensanchar el campo; jugando clavado a la línea exterior se convirtió en una referencia continua para sus centrocampistas, que le buscaban y él, con su calidad, daría un plus a la jugada. Aunque la movilidad del tridente de arriba, conformado por Perotti y una punta que ocuparon Matri, Borriello, Pavoletti o M’Baye Niang, nos permitía verle también acabar jugadas en izquierda o resolver situaciones en posición de delantero centro, debido a las continuas permutas. 13 goles y 6 asistencias le valieron para que un equipo con mayores aspiraciones y que jugaba Champions League decidiera contratarlo. Iago se mudaría a la capital de Italia a cambio de seis millones de euros.

Iago es un futbolista mejor y de una mayor dimensión tras su periplo en la AS Roma. Jugar en un «grande» a nivel de historia le ha sentado bien

En la Roma de Rudi García todo parecía marchar sobre ruedas a principio de temporada. La clasificación para la Champions League requería un desembolso económico que, si bien se produjo, dio mayores réditos en el mercado invernal. Para el técnico francés Iago Falqué era un hombre importante. El gallego no fue un elemento que produjera fútbol por sí mismo, ni en la banda izquierda ni como mediapunta. Más bien daba continuidad a lo que otros compañeros producían. No se puede decir que tuviera malas actuaciones, pero de él se esperaba un plus que no supo dar, si bien es cierto que el juego del equipo, por deficitario, no daba pie a que ningún jugador luciera. En enero Luciano Spalletti regresaría a la que fue su casa, y con él vinieron los fichajes de Diego Perotti, su antiguo compañero en el Genoa, y Stephan El Shaarawy. Estos dos se sumaron a Mohamed Salah y los tres formaron el tridente que Spalletti mantendría el resto de la temporada. El argentino ocupó la plaza de falso 9 ya que a Edin Dzeko le costó mucho adaptarse a la Roma, y más aún a un técnico tan particular como el italiano. Falqué se vio relegado al banquillo, y no aportó lo suficiente cuando tuvo minutos. A pesar de todo no se puede calificar su temporada en el equipo como negativa a nivel personal, pues ha mejorado en el juego asociativo y el hecho de formar parte de un equipo grande le ha llevado a otra dimensión futbolística. Iago es un futbolista mejor y más grande tras su periplo en la AS Roma.

Tocaba hacer las maletas de nuevo y volvió Turín, pero a la acera granata. Al fichaje de Falqué se sumarían Joe Hart, Leandro Castán, Luca Rossetini, Mirko Valdifiori o Adem Ljajic como piezas más destacadas, y serían dirigidos junto al resto de la plantilla por Sinisa Mihajlovic. El técnico serbio ha creado un equipo a su imagen y semejanza: asentado en un 1-4-3-3, el Torino es un equipo muy vertical, que gusta de salir en velocidad, renuncia al balón ante los equipos grandes e intenta finalizar por medio de rápidas transiciones. Sin embargo, su propuesta con el esférico es mucho más amplia. En partidos ante iguales o rivales teóricamente inferiores, los granata manejan el peso del partido, y este traje les sienta igual de bien que el anterior. Su centro del campo titular, compuesto por Valdifiori como regista y Baselli y Benassi en los interiores, tiene un trato exquisito de la pelota. Los dos jóvenes volantes italianos, además, tienen mucho vuelo y llegan al área con eficacia, engordando así las cifras de uno de los tres equipos más goleadores del campeonato. Por si esto fuera poco, su conexión con Andrea Belotti permite al Torino pisar línea de fondo con continuidad. Cuando el punta italiano se desmarca a la espalda de la defensa rival, a Iago se le hace muy fácil buscarle en profundidad con pases verticales.

Iago es más versátil de un equipo con gran capacidad de adaptación a cada contexto. Según plantee Mihajlovic un partido de repliegue y contragolpe, una presión adelantada o toque uno de esos días en los que hay que llevar la iniciativa, el rol de Falqué también cambia. Para este análisis hemos consultado mapas de calor, mapas de pases y zonas de influencia favoritas del extremo gallego. Si bien su punto de partida es la banda derecha, a Iago le gusta flotar por todo el ancho del campo. Existe tal disparidad entre las diferentes tablas que nos resulta difícil determinar una dinámica continuada, más allá de su zona de partida (la derecha) y que su porcentaje de acierto en el pase siempre tiende al 90%. Tanto es así que, de igual modo, podemos encontrar partidos en los que Iago no dribla una sola vez, apenas la toca 30 veces (la mayoría en campo propio) y, sin embargo, es decisivo en la victoria con dos goles (3-1 vs Roma), y otros con más de 80 intervenciones, repartidas por todo el largo y ancho del campo, sumando regates, en los que su equipo lleva todo el peso del partido, gana por goleada y él no anota un solo tanto (5-1 vs Cagliari).

Queda claro que Iago Falqué se siente cómodo jugando con libertad y, tras su paso por la Roma, se siente un jugador grande. Se sabe líder en este equipo. También queda claro que es capaz de adaptarse a lo que cada partido exige. Sería lógico pensar que todo esto es una cuestión interna del jugador. más allá de que Mihajlovic pueda ayudarle con mucha información de cada rival procedente de un análisis previo. En el fútbol, un deporte en el que si el rival conoce tus respuestas se suelen cambiar las preguntas, es necesario saber interpretar cada partido desde dentro. En este sentido el crecimiento del español es más que evidente. No se trata únicamente de que sepa detectar constantemente cuáles son el lugar y el momento idóneos para recibir la pelota en la gestión de las posesiones o que casi siempre decida bien el pase, sino que a la hora de finalizar ha aprendido a aislarse de la jugada, permanecer fuera del rango de la defensa rival y atacar el espacio libre en el lado débil para golear. Hasta marcar de cabeza le estamos viendo esta temporada. Su crecimiento también en esta faceta le ha dado una proyección goleadora que, de no estancarse, nos dejaría al Iago más resolutivo de su carrera.

En definitiva, el rendimiento de Iago Falqué está siendo óptimo en uno de los equipos más atractivos de Italia. El chico, a sus 27 años, parece haber alcanzado su madurez como futbolista. Dados los precedentes sería osado decir que este es su techo porque cabe la posibilidad de que, en este o en otro club, incorpore un registro más, desconocido hasta la fecha, y nos sorprenda nuevamente. En cualquier caso, su presente ya es brillante.

Fuente imagen principal: Valerio Pennicino/Getty Images.

 

Il Risorgimento del Faraone’

Stefan El Shaarawy no es ese fantasista que todos pensamos que iba a ser cuando apareció en el primer equipo del Milan o cuando, previamente, le vimos haciendo malabares con la pelota en aquellos vídeos de YouTube. Tampoco cumplió las expectativas de estrella en ciernes que aventuraba cuando se echó a la espalda aquel equipo lleno de figuras venidas a menos. De hecho estuvo unos años muy perdido del fútbol de élite. Pero es ahora, años después, cuando estamos viendo al italiano rendir como nunca antes hasta hoy.

El italiano de origen egipcio es un ejemplo más de que la era de la información no beneficia en absoluto el crecimiento de un futbolista. Más allá de, como otros muchos, fuera un chaval con la cartera llena y la cabeza vacía, él fue expuesto ante el gran público con apenas 16 años. En el Genoa Primavera demostró una apabullante superioridad sobre los chicos de su edad, y esa misma temporada hizo su debut en Serie A, jugando siete minutitos con el Genoa ante el Chievo Verona en la jornada 17 de la 08/09. La 09/10 alternaría entrenamientos con el Primavera y el primer equipo, y fue convocado en varias ocasiones, disputando otros 43’ repartidos en dos encuentros.

El Shaarawy no salió de la cantera del AC Milan como muchos piensan, sino que fue fichado del Genoa tras romperla en el Primavera y destacar en Serie B con el Padova

En la 10/11 fue cedido al Padova, de Serie B, para que se curtiera en canchas humildes, forjara su carácter y se acostumbrara a las patadas. Allí, donde coincidió con el sevillano José Ángel Crespo, jugó 30 partidos en Segunda y, tras destacar, el Milan pagó en la 11/12 más de 15 millones de euros por un chaval de apenas 18 años. Massimiliano Allegri entendió que no estaba del todo hecho para asumir la titularidad, pero le dio bastante bola desde el banquillo. Entrando en las segundas partes, pegado a banda izquierda regateaba a todo el que le saliera a su paso y generaba acciones de peligro, pero aún era un jugador discontinuo, inexperto y con poca incidencia en los resultados, tal y como revelan sus cifras (apenas 2 goles y 2 asistencias en 22 partidos). Sin embargo la 12/13 fue la temporada de su consagración: 19 goles y 8 asistencias en 46 partidos, contando Serie A, Coppa Italia y Liga de Campeones.

Era oficial: ‘Il Faraone’ El Shaarawy era una estrella mediática. Su nombre fue relacionado con la Juventus y también con otros grandes de Europa como el Real Madrid, y el proyecto del AC Milan pintaba negro. A Allegri ya le habían desmantelado el equipo el año anterior, y en la 13/14 los pocos que asomaron la cabeza (Kevin-Prince Boateng o Antonio Nocerino dejaron buenas cifras de goles) se marcharon. Sin embargo, él permaneció allí. El Milan repescó a Kaká, y él, Robinho y Balotelli apuntaban a ser los socios de Stefan aquel año. Ocurre que el extremo italiano se lesionó, primero, del tendón de la corva. Luego una fractura del cuarto metatarsiano de un pie se le complicó, hubo que operar y le mantuvo retirado de los terrenos de juego hasta abril de 2014. Ese año la Liga acabó pronto dada la cita mundialista, y él no tuvo tiempo para volver a coger el ritmo competitivo. En la temporada 14/15 volvió a lesionarse del pie, esta vez del 5º metatarsiano del pie derecho. Mientras se apuntaba a seis semanas de baja, se le volvió a complicar y estuvo más de tres meses alejado del césped. En definitiva, una racha de dos años en los que se perdió 56 partidos con su club, más unas cuantas convocatorias con la Azzurra, la cual estaba llamado a liderar.

Tras explotar definitivamente, Stefan El Shaarawy sufrió un cúmulo de lesiones graves que solo le permitieron comparecer de manera testimonial en la temporada 13/14 y perderse más de tres meses de la 2014/15

‘Il Cavaliere’ Silvio Berlusconi legó el club a su hija Bárbara en verano de 1015, y esta inició una reconstrucción del club. Para ella, el extremo egipcio era una pieza prescindible y el Mónaco, que andaba al acecho de El Shaarawy desde 2013, lo pescó por medio de una cesión con opción de compra. En el Principado no acabó de convencer y Luciano Spalletti lo pidió expresamente para la AS Roma a la que recién había vuelto. Con el conjunto capitolino Stefan volvió a sentirse futbolista, volvió a celebrar un gol y volvió a ser importante en un equipo. El técnico hizo un equipo ‘sui generis’ desde el primer día: acabó la temporada con un 1-4-3-3 con Diego Perotti de falso 9 en el que el egipcio cargaba el área cuando el argentino la abandonaba. En la temporada 16/17 Spalletti varió su esquema: pasó a un 3-4-3 en el que los hombres de ataque eran más segundas punta que extremos. Ahí El Shaarawy perdió importancia porque en el rol de segunda punta izquiedo jugaba un inspiradísimo Nainggolan, y en la derecha Mohamed Salah era la pieza clave. No obstante las lesiones y sanciones de compañeros le dieron espacio para jugar, y que la Roma cayera de la Champions a la Europa League (competición en la que los grandes rotan con respecto a la Liga) le hizo seguir participando. El esquema con carrileros no terminaba de potenciarle, porque se siente más cómodo partiendo desde la banda con movimientos largos y no tanto asociándose por dentro en espacios cortos.

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Sin embargo, cuando más importante ha sido en el sistema de la Roma ha sido en esta, la 17/18, a las órdenes de Eusebio Di Francesco. La marcha de Salah al Liverpool dejó una falla que la planificación deportiva solo cubrió con el joven Cengiz Ünder, una apuesta de futuro que suscitaba alguna duda en el presente más inmediato. El técnico de Pescara intentó resolverlo en primera instancia con Gregoire Defrel, una de las grandes apuestas de Monchi, cayendo a esa zona, pero el francés no tiene ese tipo de movimientos tan interiorizado. La alternativa de Nainggolan de falso extremo no disgustó, sobre todo porque la ocupación de la banda derecha es faena de Bruno Peres o Florenzi, es decir, del lateral de turno. Aunque quien mejor ha entendido esa posición ha sido el propio Stefan El Shaarawy. De su etapa con Spalletti y en la más reciente con Di Francesco ha ganado en lectura y entendimiento del juego, en poso (ya no va a todos lados corriendo como pollo sin cabeza, sino que sabe cómo y dónde esperar la pelota, y cuándo ir a buscarla) y en conceptos tácticos. Sabe estirar hacia fuera y hacer que Dzeko reciba el balón de cara; se aísla de la circulación cuando va por el costado izquierdo para buscar la espalda de la defensa rival desde el lado débil del ataque; y, por si fuera poco, ya no supone un elemento extraño en el juego asociativo del equipo. Espera bien tras la línea de presión rival y juega de cara a sus compañeros de segunda línea. Todo eso cuando juega por derecha, y esto solo lo hace cuando Diego Perotti es de la partida. Cuando es alineado en banda izquierda también participa más por dentro que antes, sobre todo teniendo en cuenta que Kolarov está en un momento de su carrera en el que es capaz de tener peso en los partidos ocupando toda su banda desde el lateral. De hecho esta sociedad está suponiendo un plus competitivo para la Roma, además de una vía de conectar con Edin Dzeko, quien está en un momento espectacular de forma.

En definitiva, Stefan El Shaarawy ha adquirido un nivel que, si bien no era el de líder de un candidato al trono europeo como muchos imaginaron, es el de una pieza importante en un equipo que aspira al cetro de campeón de la Serie A. A sus 25 años ha alcanzado una madurez competitiva regular, basada en la inteligencia colectiva más que en el talento individual y ha vuelto a entrar en convocatorias para la Azzurra. Quién sabe si esa progresión sostenible se mantiene en el tiempo y en un futuro no muy lejano hablamos de él como la clave de un equipo campeón.

Fuente imagen principal:  Paolo Bruno (Getty Images)