La resurrección de la SPAL

En un fútbol donde los grandes clubes suelen mantener hegemonías que dejan poco espacio para la sorpresa, los aficionados estamos en búsqueda de equipos cenicienta que desafíen las probabilidades y vuelvan nulos los pronósticos en su contra. Leicester, Eibar, Bournemouth, o Angers son algunos de los clubes que en momentos recientes nos han hecho vibrar con sus historias, las cuales sirven para recordar que no hay rival pequeño en el deporte.

La Società Polisportiva Ars et Labor 2013, mejor conocida como SPAL 2013, es el nuevo integrante de este grupo de equipos. Originario de la ciudad de Ferrara, en la provincia del mismo nombre, el conjunto italiano ha conseguido el ascenso a la Serie A después de más de dos décadas penando por divisiones inferiores. Si bien el SPAL ya había tenido participación en la Serie A, su última aparición en la categoría de honor ocurrió hace casi 50 años; la debacle fue tal que ese periodo tuvo que ser refundado en tres ocasiones por problemas económicos.

Ferrara, ciudad del este italiano con poco más de 135 mil habitantes y considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, vio nacer al SPAL en 1907 como iniciativa de Pietro Acerbis, sacerdote salesiano director de un oratorio en la ciudad, lo que convierte al club en uno de los más viejos del fútbol italiano. Originalmente el equipo fue concebido como la Associazione Calcio Ferrara, para pasar a su actual nombre en 1919.

Con sede en el Stadio Paolo Mazza, que lleva el nombre del que fuera entrenador y presidente del club por más de 30 años, el conjunto spallini disputó 21 temporadas en primera división. Durante este periodo no logró ningún título; lo más destacado fue un quinto lugar en la campaña 1959-60, además de un subcampeonato de la Copa de Italia en 1962, tras eliminar por 4-1 a la Juventus. Además, el SPAL destacó por ser el club de debut de Fabio Capello, que participó durante tres temporadas con los ferrarenses al ser fichado por Mazza, por un equivalente a 500 libras.

Un gol de Gianfranco Zigoni, mediocampista de la Juventus en los 60’s y padre de Gianmarco Zigoni, jugador clave en la actual campaña del SPAL, selló el descenso del equipo en la temporada 1967-68. A partir de ahí, el camino del cuadro de Ferrara fue de ir y venir en las categorías inferiores del fútbol italiano.

El SPAL deambuló por la segunda, tercera y cuarta división sin una ligera posibilidad de retornar a la categoría de honor. Los problemas económicos comenzaron a hacer mella en el equipo estense, aunque los estragos se dejaron ver hasta iniciado el Siglo XXI. En 2005, el cuadro sufrió su primera bancarrota, lo que lo obligó a ser refundado como el SPAL 1907. La situación se replicó en 2012, con el nombre de Società Sportiva Dilletantistica Real S.P.A.L., que iniciaría su camino en la Serie D.

En 2013 una nueva bancarrota amenazó con la desaparición del histórico club. La llegada a Ferrara del Giacomense, club de la municipalidad de Masi Torello, se convirtió en una oportunidad de salvación. La familia Colombarini, propietaria del Giacomense, llegó a un acuerdo con Roberto Benasciutti, en ese momento dueño del SPAL, para fusionar a ambos equipos. El nuevo conjunto se llamaría SPAL 2013.

Bajo el mando de los Colombarini, los biancazzurri enderezaron el rumbo. Walter Mattioli tomó la presidencia del club y poco a poco se comenzó a gestar un proyecto. Las prioridades para Mattioli estaban claras: “Nos juramos que nunca más tendríamos problemas financieros, no más escándalos. No más miseria. Nunca más”, afirmaba el directivo.

Un grupo cuyas bases eran el trabajo en equipo, la humildad y la austeridad. Con la refundación, el cuadro comenzó en la Serie D. Un año después participaba en la Lega Pro Seconda Divisione, equivalente a la cuarta categoría. El año siguiente ascendía a la Lega Pro. La escalada fue consecutiva, al alcanzar la Serie B en la 2015-16, tras 24 años de ausencia, y un año después asegurar la vuelta a la Serie A. Algo histórico.

El regreso a la Serie B no pudo ser mejor. La llegada de Leonardo Semplici al banquillo del SPAL en diciembre de 2014 resultó un aliciente para mejorar el rumbo. El ex entrenador del primavera de la Fiorentina imprimió un estilo ofensivo a su equipo, basado en una formación 3-5-2, que permitió sacarlo de las profundidades del fútbol italiano para llevarlo a la categoría de oro.

Tras 41 partidos, el SPAL ha marcado 64 goles y recibido solo 38. El trabajo de Semplici ha convertido a su escuadra en la mejor ofensiva del torneo y la tercera mejor defensiva. A pesar de iniciar su regreso a la B con solo una victoria en seis partidos, los spallini modificaron para tomar el liderato y dominar la división segunda. Los de Ferrara mantienen el récord de la presente temporada de victorias en casa, con 13, y de visita, con 8; además, cuentan con Mirko Antenucci, sublíder de la tabla de goleadores del torneo con 17 tantos.

“Me he acabado los adjetivos para este grupo, lo que estamos haciendo es increíble”, afirma Semplici al ver el ascenso como una realidad. Una gestión cuidadosa, con jóvenes como base del cuadro titular, han vuelto al SPAL uno de los proyectos más serios y ambiciosos del fútbol italiano. Aun cuando contó con un presupuesto de alrededor de 8 millones de euros, el conjunto ferrarense se sobrepuso a los favoritos como el Verona, el Frosinone y el Carpi para coronarse en la Serie B, destacando por ser la única plantilla conformada únicamente por italianos.

A 110 años de su fundación, el SPAL 2013 tiene motivos para festejar de sobra. La vuelta a la Serie A representa un reto enorme, que tocará enfrentar con humildad, pero con la confianza de saberse capaces de desafiar todo pronóstico. Las limitaciones y buenos manejos serán vitales para que el equipo estense no pase por los mismos suplicios de años anteriores. Para Mattioli, lo que hay que evitar es claro: “Aquí el despilfarro ya no tiene lugar. La gente que ya nos pide a Messi para el próximo año…, luego ya veremos”.

Fuente imagen principal: Giuseppe Bellini/Getty Images.

El equipo del SPAL antes del partido ante el Bari de la Serie B disputado en Ferrara, en el estadio Paolo Mazza. 

Agostino di Bartolomei, ‘Il capitano’ marcado por la tragedia

La Roma nunca estuvo tan cerca de alcanzar la gloria como el 30 de mayo de 1984. Después de ganar su segundo Scudetto en la temporada 1982-83, La Loba calificó por primera vez a la Copa de Campeones de Europa. En el máximo escenario continental sorprendieron y se colaron hasta la final, que tenía designada como sede el Stadio Olimpico, casa de los romanos. De la mano del entrenador sueco Nils Liedholm, los italianos despacharon al Goteborg, al CSKA Sofia y al Dinamo de Berlín para llegar a semifinales. Su rival, el Dundee United, sorprendió con un 2-0 en la ida; en la vuelta, la Roma consiguió el 3-0 que les dio el pase al duelo decisivo, en un partido que se vio envuelto en polémica por sospechas de amaño.

Su rival en la final sería el Liverpool, campeón de Europa en 1977, 1978 y 1981, que llegaba tras echar al Odense, al Athletic de Bilbao, al Benfica y al Dinamo de Bucarest en una intensa serie de semifinales. Para los ingleses, la final representaba la posibilidad de conseguir el primer triplete de su historia, tras ganar la Football League y la Football League Cup esa temporada.

Su rival en la final sería el Liverpool, campeón de Europa en 1977, 1978 y 1981, que llegaba tras echar al Odense, al Athletic de Bilbao, al Benfica y al Dinamo de Bucarest en una intensa serie de semifinales

Aquella Roma era capitaneada por un emblema del club. Agostino di Bartolomei entró a los catorce años a las filas de La Loba y poco después pasó a formar parte del primer equipo, para posteriormente convertirse en el primer capitán de origen romano en la historia del equipo.  Il capitano se ganó el cariño de los aficionados, parte por sus actuaciones dentro del campo, parte por compartir origen. Serio fuera de las canchas, Ago disfrutaba estando dentro del rectángulo verde: aseguraba que le pagaban por divertirse, por lo que su trabajo era ‘’uno de los mejores del mundo’’.

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El escenario del 30 de mayo era ideal también para di Bartolomei. La escena: el primer capitán romano, levantando la primera Copa de Europa de La Loba. Y en suelo romano. Todo estaba destinado para que esa noche Roma se cubriera de gloria.

La salida de los equipos al campo en esa noche asemejó a un Coliseo romano que buscaba intimidar a su inminente víctima. Pero al Liverpool le sentaba bien el Stadio Olimpico, en el que se coronó en la final de 1977; los Reds se adelantaron en el marcador apenas al minuto trece y pudieron irse arriba 0-2 de no ser por un gol anulado minutos después. Roberto Pruzzo empató antes del descanso y el marcador no se movió en el tiempo regular ni en tiempo extra. Por primera vez una final de la Copa de Europa se definiría desde el punto de penal.

Steve Nicol falló el primer disparo del Liverpool y los aficionados de la Roma se ilusionaron con el título. Di Bartolomei se acercó a cobrar y con clase adelantó a su equipo en la serie, pero a la postre sería inútil. Cuatro disparos correctos de los ingleses y dos fallas italianas sellaron el destino de aquella final. Liverpool se coronaba campeón por cuarta vez y la Roma se quedaba con las manos vacías.

Para la siguiente temporada Sven Goran Eriksson llegó al banquillo de la Roma y con ello se dio la salida de Di Bartolomei, después de disputar 300 partidos con los giallorossi

Para la siguiente temporada Sven Goran Eriksson llegó al banquillo de la Roma y con ello se dio la salida de Di Bartolomei, después de disputar 300 partidos con los giallorossi. Su siguiente destino sería el Milan, donde estuvo tres años. En su primer duelo frente a su ex equipo, Ago marcó y lo festejó de forma efusiva, cosa que no sentó bien a los aficionados de la Roma que habían lamentado su partida.

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Del Milan pasó al Cesena de la Serie B y después al Salernitana, con el que ascendió a segunda. A los 35 años decidió retirarse y cambió su residencia a Castellabate, un pequeño pueblo de pescadores al sur de Roma. Alejado de los reflectores, realizó diversas inversiones, entre ellas una academia de fútbol, que no resultaron exitosas y le trajeron problemas financieros.

Il capitano salió al balcón de su residencia la mañana del 30 de mayo de 1994, diez años después de la derrota en el que definió como el ‘’juego de su vida’’, y de un disparo al corazón se quitó la vida. En su cartera se encontraron tres imágenes: de su familia, de un santo y de la Curva Sur del Stadio Olimpico.

“Me siento encerrado dentro de un agujero”, rezaba la nota encontrada en su bolsillo. Los problemas económicos y la lejanía del fútbol lo llevaron al suicidio, para el que eligió una fecha que marcó su vida y la de miles de aficionados romanistas.

Los problemas económicos y la lejanía del fútbol lo llevaron al suicidio, para el que eligió una fecha que marcó su vida y la de miles de aficionados romanistas

Jugadores y aficionados se unieron en un solo lamento por la partida de un ícono de la Roma. Una calle en Castellabate y un campo en el centro deportivo del equipo de sus amores fueron bautizados con su nombre, a manera de homenaje. Esta noche, cuando la Roma busque la hazaña frente al Liverpool, el recuerdo de Agostino di Bartolomei se hará presente entre los hinchas giallorossi*.

*Artículo publicado el 2 de mayo de 2018, en la previa del Roma – Liverpool de semifinales de la Champions League 2017/18.

Fuente imagen principal: iogiocopulito.it.