XI ITALIA (4-3-1-2): Molla; Moretti, Pirola, Dalle Mura, Lamanna; Udogie, Panada, Brentan (Giovane 68′); Tongya; Cudrig (Sekulov 68′), Esposito.
XI FRANCIA (4-3-3): Zinga; Matsima, Altikulac (Soppy 84′), Kouassi, Pembele; Millot, Agoumé, Aouchiche (Zidane 71′); Traoré (Wa Saka 17′) (Bakwa 84′), Rutter, Mbuku (Lihadji 71′).
GOLES: Millot (41′) | Esposito (45+1′), Udogie (81′)
Cuando te enfrentas a un equipo como el francés, que venía de ganar 6-1 a la República Checa en su partido de cuartos, de ganar a Holanda, finalista, en fase de grupos, y que ha dominado el torneo a su gusto, lo lógico es estudiar hasta el mínimo detalle, adaptarse, comprender sus debilidades y atacarlas. Y así hizo, o intentó, Nunziata. Logró que Aouchiche, 9 goles en 4 partidos, estuviese desaparecido, en una línea, la del centro del campo francés, que ha dictado el tempo de los partidos a su gusto. Además, introdujo una variación en el esquema, Esposito formó línea de dos en punta con Cudrig, mientras Tongya ocupaba la mediapunta, lugar que venía ocupando el propio Sebastiano.
Pese a todo este trabajo, Francia dominó el primer tiempo. Con Millot moviendo al combinado francés desde la base, Francia se sentía cómoda. Los cambios de orientación de Agoumé desestabilizaban a Italia, que al principio sufrió con Wa Saka, que entró por el lesionado Traoré, y Mbuku. Francia dependía en demasía para causar peligro del desborde de estos dos jugadores, sin llegada de segunda línea de Aouchiche, totalmente neutralizado. En uno de estas jugadas llegaría el gol francés, obra de un Millot que hizo una especie de vaselina para superar a Molla.
Italia, por su parte, no logró causar apenas peligro en la primera mitad. No conseguían encontrar a Tongya entre líneas y con ello el peligro era ínfimo. Panada estaba más centrado en ocupar campo, labor que realmente desempeña bien, Brentan, el encargado en teoría de mover al equipo no lograba verticalizar el juego hacia Cudrig o Esposito. Así pues, Italia terminó con un tiro en toda la primera mitad, pero fue suficiente.
Si algo hemos aprendido en este Europeo del combinado italiano es que hay un jugador brillante que destaca sobremanera en el golpeo de balón, hablo de Sebastiano Esposito, Su primera falta del torneo, ante Alemania, casi termina en gol. Su segunda falta, terminó en gol. Ante Francia no necesitó afinar puntería, le bastó con una sola falta para clavarla en la meta de Zinga, que poco pudo hacer para evitarlo. El partido se iba 1-1 al descanso, el mazazo para Francia era enorme.
Durante la segunda mitad, el escenario para Francia fue claramente a peor. El desacierto que tuvo en la primera mitad se acentuó más, y los extremos comenzaron a desbordar menos. Italia se adaptó a estas circunstancias y mostró una solidez defensiva haciendo honor a la historia del conjunto transalpino. Dalle Mura (Fiorentina) y Pirola (Inter) se multiplicaron, igual que sucedió contra Portugal, donde aguantaron embestida tras embestida. En el centro del campo, Panada brilló con el brazalete de capitán y redujo casi al mínimo a Millot y Agoumé. Aouchiche continuaba desaparecido, tanto que Jean-Claude Giuntini optó por cambiarle por Theo Zidane en el 71. El único que lograba crear peligro, moviendo al equipo, era Georginio Rutter, moviéndose continuamente y ocupando siempre el lugar vacío para conectar con sus compañeros. Delantero más abocado a la asociación que a la definición.
Con una Francia incapaz de superar la solidez defensiva italiana, llegó la otra especialidad de esta selección: la puntualidad. Entró Samuel Giovane, único jugador del 2003 de la convocatoria, al campo y único capaz de atacar espacios y desequilibrar saliendo desde el banquillo. Fue Panada el que vio una debilidad en la defensa francesa, el costado izquierdo estaba solitario y Giovane penetró solo, como un cuchillo en mantequilla. Solo tuvo que conducir y entrando casi hasta la portería se la cedió a Udogie que definió a la perfección. Era el minuto 81′.
Y continuó la exhibición italiana defensiva. Dalle Mura, Pirola, dos centrales zurdos, en el eje central, Moretti y Lamanna en los laterales, Tongya ayudando, igual que Panada y Udogie. En resumen, total exhibición defensiva, que terminó recuperando en tres cuartos de campo francés, incapaz de superar la primera línea de presión que colocó Nunziata. Con Agoumé jugando al 50%, o eso parecía, Francia no consiguió penetrar en una defensa que hizo honor a su historia.
En la final espera Holanda, el equipo más serio de este campeonato junto con Italia, que llega habiendo ganado todos y cada uno de los partidos en este Europeo. La cita será el domingo a las 17:30.