La suplencia de Dybala

Pasadas tres jornadas de campeonato, el argentino Paulo Dybala no ha iniciado como titular más que un encuentro. Federico Bernardeschi, por ahora, le ha ganado la partida en la banda derecha, dentro del 4-3-3 que Allegri quiere implantar, de una vez por todas, en su Juventus.

Da la sensación de que Dybala no acaba de encajar en un esquema que la campaña pasada no acabó de cuajar del todo y se alternó con el 4-2-3-1. En su única titularidad, Allegri apostó por el 4-4-2, colocando al cordobés y a Cristiano Ronaldo juntos en ataque. En posiciones interiores Dybala se siente bien, baja a recibir, se mueve entre líneas y activa a los hombres de la parcela ofensiva, pese a que su nivel de juego, en términos de rendimiento, no haya sido el más regular en las últimas fechas.

Da la sensación de que Dybala no acaba de encajar en un esquema que la campaña pasada no acabó de cuajar del todo y se alternó con el 4-2-3-1

Sin embargo, cuando pasa a jugar en banda la situación cambia por completo. Es un hecho que Dybala aguanta muy bien el balón de espaldas y tiene una buena arrancada, pero también una insuficiente velocidad punta para ganar metros desde muy atrás. Además, su trabajo defensivo resulta insuficiente. Bernardeschi gana enteros en la carrera por ser titular, porque si cumple estas características. El futbolista de Carrara te da matices de Cuadrado y otros de Dybala. Del colombiano, el retroceso para ayudar a lo largo de la banda, haciéndola ancha; del argentino, la capacidad para hacer el juego más estrecho, tirar diagonales, venirse a zonas interiores. Al no existir la figura de 10, pese a su trabajo y buena labor interior, esto propicia que el híbrido Bernardeschi, que puede cumplir en las dos facetas, esté en los XI hasta el momento.

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Allegri es muy amigo de variar los esquemas y en su dilatada trayectoria en la Juve, ha trabajado varios módulos de juego, con una columna vertebral que se ha ido manteniendo y que puede variar a su antojo, esto da pie a pensar que en función del contexto, Dybala puede entrar en escena en cualquier momento. Sin embargo, pese a estos matices y el hecho de que el mismo Dybala siempre se ha sentido cómodo partiendo desde el pico del área para trazar diagonales con el balón y, a partir de ahí, dejar volar su imaginación (o su zurda) no da esa amplitud que a día de hoy se busca para intentar evitar la acumulación de rivales por dentro de forma excesiva. Y es paradójico, porque en la Juventus nadie parece mejor predestinado a entenderse con Cristiano que Dybala, una conexión que parecía además beneficiar mucho al portugués a la hora de recibir balones.

Allegri es muy amigo de variar los esquemas y en su dilatada trayectoria en la Juve, ha trabajado varios módulos de juego, con una columna vertebral que se ha ido manteniendo y que puede variar a su antojo, esto da pie a pensar que en función del contexto, Dybala puede entrar en escena en cualquier momento

De todos modos, pese a los posibles motivos tácticos que pueda tener, Allegri no ha dudado en sentarlo en temporadas anteriores cuando ha estimado que su nivel era insuficiente, que no llegaba a sus siempre altísimas exigencias, o simplemente ha decidido rotar. A día de hoy, parece que el motivo pueda encontrarse entre el primer y segundo factor.

Fuente imagen principal: Getty Images.

 

La hora del Papu Gómez

Alejandro Darío Gómez (15 de febrero de 1988), conocido futbolísticamente como El Papu Gómez está viviendo en la 2016/17 su mejor temporada como profesional. El futbolista bonaerense de 29 años ha encontrado en Bérgamo su perfecto ecosistema para consolidarse como uno de los futbolistas más decisivos de la Serie A en la actualidad. Capitaneando (con sus particulares brazaletes con motivos divertidos y nostálgicos) a la Atalanta, el simpático -cuyos perfiles en redes sociales recomendamos- neroblù, sueña con llevar a los bergamascos a Europa tras 26 años ausentes.

Tras despuntar en las inferiores de Arsenal de Sarandí, ser campeón de la Copa Sudamericana con el conjunto bonaerense o vencer junto a Banega, Fazio, Mercado, Agüero, Pablo Piatti, Di María o Sergio Romero el Mundial Sub 20 de 2007 en Canadá, el camino de El Papu no ha sido todo lo sencillo que pudiera llegar a parecer para llegar a liderar a un equipo de una gran liga.

Su escasa estatura y su insistencia en la pelea por el balón hicieron que muchos creyeran que se estancaría con el paso del tiempo y que no llegaría a ser lo que prometía en sus inicios. «Pibe, ¿qué hacés acá vos? ¡Volvé al colegio!» le gritaron una vez desde la grada, a lo que El Papu respondió con unas carcajadas.

Su increíble 2007 hizo que San Lorenzo lo hiciera cambiar de aires. Viéndose confirmada su progresión en El Ciclón, el Catania entrenado por el Cholo Simeone, quien ya tuvo en sus filas al Papu en el cuadro de Boedo, le dio la primera oportunidad en Europa. Con el cuadro siciliano, Alejandro Gómez gozó de regularidad en su primera experiencia europea y se asentó como un fijo en los esquemas de los distintos técnicos del cuadro rossazzurri, pero nunca destacó como un goleador, característica que sólo ha ido adquiriendo en su madurez profesional.

Llegado el final de la temporada 2010/11, y habiendo igualado con el Catania la mejor posición histórica de la entidad (8º), el futbolista argentino decide marcharse tras más de 100 partidos con el Catania a sus espaldas a Ucrania con el objetivo de disputar la Champions. Es en concreto el Metallist Khárkiv quien se hace con el rápido atacante, que a los pocos meses de su desembarco en el este de Europa pretende abandonar el barco dada la prohibición impuesta por la UEFA al club de jugar la Champions League por un escándalo de amaño de partidos.

El Papu no consigue marcharse del club y finaliza la campaña con los ucranianos, pero ese mismo verano, con el conflicto bélico acuciando la zona de Járkiv, Alejandro y su familia decidieron no regresar y romper su contrato con el equipo al igual que hicieron otros muchos futbolistas sudamericanos de la misma liga. 

«Cuando me llamaron, pensé: es la elección correcta, Kharkiv es una hermosa ciudad, había otros jugadores argentinos. Pero estalló la guerra civil en Ucrania y lo común fue empezar a ver personas armadas en las calles. Un drama. Un día estaba con mi esposa y mi hijo y quedamos en medio de un violento enfrentamiento entre las dos facciones, la prorrusa y la que está a favor de la Unión Europea. Acá no nos podemos quedar, fue lo primero que nos dijimos.» – Alejandro Gómez en una entrevista

Es entonces, en el último día del mercado de fichajes veraniego de 2014, cuando la Atalanta se cruza en su camino y firma a un jugador que lograría en sus primera temporada como jugador neroblù salvar al conjunto lombardo del descenso y conseguir una cómoda permanencia en una 2015/16 que finalizó con la obtención de la nacionalidad italiana por su parte y los rumores sobre una posible convocatoria con la selección italiana para la Eurocopa de Francia a la que la FIFA no accedió acogiéndose al artículo número 8 según el cual «un jugador puede optar por un cambio de selección si al momento de la primera convocatoria para su país de origen, ya contaba con la doble nacionalidad», algo que no cumplía al haber participado con la selección argentina en el Mundial Sub 20 sin tener la nacionalidad italiana.

Sus 1.65 metros nunca han sido un impedimento para que El Papu -conocido con este apodo por el sobrenombre de Papuchi con el que lo llamaba su madre- muestre su voluntad de hacer cosas grandes con el balón en los pies ya sea actuando como punta, o desde cualquiera de las dos bandas, aunque como él mismo confiesa, es un «falso segundo delantero». 

Es precisamente en esta posición en la que más ha brillado esta la temporada de su ‘resurrección y ascensión’, actuando por detrás de Andrea Petagna. Entre ambos, han anotado 19 tantos -él 14, su temporada más goleadora-, lo que supone un tercio del total de goles marcados por una Dea que, con jugadores como Conti, Caldara, Kessié o Cristante, sueña con Europa. Su electricidad, potente arrancada y movilidad permiten que sea en esta posición en la que más consiga brillar y ser determinante a la hora de atacar los espacios otorgados por las predominantemente ordenadas defensas que pueblan la Serie A.

Son muchos los que lo reclaman para una selección argentina en declive y una vez finalice la temporada -e incluso antes- serán varios los equipos ‘top’ con los que se relacionará a un Papu Gómez que, consciente de su edad y de su grandísimo momento de forma, no parece dispuesto a desaprovechar su oportunidad de medrar. A pesar de tener contrato hasta 2020, Alejandro ya ha avisado de que sólo firmará por otro club, «si se trata de un grande», y es que a pesar de su reducida talla, El Papu está acostumbrado a soñar alto.

Fuente imagen principal: Marco Luzzani/Getty Images.