El Mundial sub-20 arrancó en la tarde del jueves con dos partidos inaugurales. Uno de ellos enfrentó a la Italia de Paolo Nicolato con la México de Diego Ramírez. Los Azzurrini acabaron imponiéndose en el marcador y, sobre todo, en el terreno de juego con un trabajo táctico impecable.
Italia no entra dentro de la lista de selecciones favoritas para coronarse en este Mundial por la falta de grandes talentos individuales, y es que el futbolista con mayor técnica en los pies –Andrea Colpani– apenas jugó dos minutos en la primera jornada. Aunque esta carencia la equilibra con un descomunal planteamiento táctico que la convierte en un rival muy difícil de superar. La mano de Paolo Nicolato ha sido clave para potenciar este aspecto y ante México se vio.
A lo largo del partido, Italia propuso un gran entramado que sometió a México en ataque y en defensa, lo que provocó que la selección azteca entrase en el partido demasiado tarde. De hecho, cuando México se asentó el partido, Italia ya mandaba en el marcador y en el ritmo de juego. Paolo Nicolato hizo el primer tanto en el área técnica.
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Y este planteamiento se entiende en tres aspectos claves: el equipo en acciones ofensivas, cómo varía el dibujo en defensa y el papel que toma Salvatore Esposito, que influye en el resto de los componentes.
ITALIA EN ATAQUE
La FIFA colocó a Italia bajó un 4-4-2, pero lo que se vio en el césped está muy lejos de lo que reflejó la pantalla. De hecho, poco tuvo que ver la relación indicada por la FIFA y cómo se dispusieron en el campo los futbolistas de Nicolato.
Italia varió constantemente su sistema, dependiendo de si tenían la posesión o no del balón. Proponiendo en ataque, planteó un 3-5-2 o un 3-1-4-2, dependiendo de la posición que ocupase Salvatore Esposito. Nicolato alineó una defensa de tres centrales compuesta por Matteo Gabbia como central derecho, Enrico Del Prato en el eje y Luca Ranieri como central izquierdo. Esto posibilitaba que los carrileros, Alessandro Tripaldelli y Raoul Bellanova, en izquierda y derecha respectivamente, pudiesen subir las bandas con total libertad.
Este movimiento se complementaba gracias a los movimientos de Luca Pellegrini y Davide Frattesi. Ambos actuaron como interiores acompañando a Salvatore Esposito en la sala de máquinas y fueron cruciales. Frattesi hizo su trabajo incluso mejor que Pellegrini. No solo se coronó con un gol, sino que hizo sentirse cómodo a jugadores como Bellanova o Gianluca Scamacca.
El ‘7’ italiano arrastraba a Roberto Meraz consigo, lo que hacía que prácticamente Bellanova apareciese con mucho espacio por delante en la banda y se plantase en 1vs1 contra Arturo Cárdenas. Asimismo, el 0-1 vino de un gran movimiento de arrastre que deja una laguna que ocupa Scamacca y ahí, Meraz se encuentra en un 2vs1 que ganan los italianos.
Algo parecido ocurrió con Tripardelli en la banda contraria. Aquí llega la primera gran revolución de Nicolato. Pellegrini jugó de interior, una posición atípica para él, un lateral de largo recorrido que suele aparecer pisando área rival, pero estuvo más sometido al centro del campo. Eso sí, su naturaleza le hacía aparecer pegado a la línea de cal por delante de Tripaldelli, lo que supuso un gran espacio en el centro del campo azteca y que el lateral transalpino tuviese menos campo para recorrer. Pero esto tiene su explicación defensiva que se verá más adelante.
Si Scamacca aprovechó los espacios que Frattesi les dejaba, hizo lo propio con Andrea Pinamonti. El capitán italiano actuó como delantero “boya” y Scamacca se movió por las posiciones de segunda punta. En este aspecto, los desmarques en ruptura de Pinamonti rompían a México y aparecía Scamacca para generar juego. Esto también ocurrió en el primer gol. Movimiento de arrastre de Frattesi en el centro del campo y de Pinamonti en punta, donde Scamacca va a ocupar el espacio libre y hacer el 2vs1 con Frattesi.
La salida de balón fue el principal cometido de Nicolato y sus hombres. Siempre que pudo, intentó encontrar resquicios en la presión alta de México para tener la posesión del balón y hacer un juego controlado. No fue algo fácil, pero el centro del campo se movió de tal forma que Esposito, Frattesi o Pellegrini se encontraban solos. El primero de ellos fue la opción número uno, que se desarrollará más adelante, y facilitó la salida de balón. México no supo entender este planteamiento.
Otro aspecto que Italia aprovechó en ataque fue la pasividad defensiva de México en el balón parado. Así llegó el segundo gol de los italianos y se aprecia cómo Pellegrini -quien entra en segunda línea solo- es capaz de meter el balón en el área sin problema alguno.
La defensa azteca es superada en todos los sentidos. Arturo Cárdenas se encuentra con dos futbolistas en el segundo palo -Pinamonti y Del Prato- porque Oswaldo León pierde a Pinamonti de vista y pierde la marca por completo. Ranieri, con un hombre encima -Zavala-, es capaz de rematar en el área pequeña, lo que denota la falta de intensidad defensiva.
DEL 3-1-4-2 AL 5-3-1-1
Visto el planteamiento de la Italia de Nicolato, toca centrarse en acciones defensivas. El dibujo cambia por completo con un movimiento muy sencillo: paso atrás de los carrileros. Cuando Tripaldelli y Bellanova se sitúan en la línea defensiva se conforma un bloque de cinco defensas -de derecha a izquierda-: Bellanova, Gabbia, Del Prato, Ranieri y Tripaldelli.
Para cerrar espacios, Frattesi y Pellegrini se juntan a Esposito, formando una línea de tres, dejando espacio entre los puntas y el centro del campo que será ocupado por uno de los delantero. En ese sentido, Pinamonti y Scamacca se escalonan, según México circule el cuero, basculando de lado a lado. Con esto, los dos arietes achican espacios para evitar pases filtrados desde la defensa al centro del campo.
El paso del 3-1-4-2 al 5-3-1-1 es un movimiento automático que ejecuta Italia a la perfección. En los balones aéreos, Bellanova y Tripaldelli repliegan rápidamente para ganar en superioridad numérica a México. Esto es que Esposito se pegue a los centrales y Frattesi y Pellegrini replieguen, para formar el 5-3-1-1. De hecho, el gol del empate llega a balón parado porque a México le costó mucho llegar al balcón del área.
Nicolato quiso alinear a Pellegrini como interior para que ayudase en labores defensivas a Tripaldelli. Hombres como Colpani u Olivieri estuvieron en el banquillo por la presencia de Diego Lainez, y le funcionó el plan al seleccionador italiano. El jugador bético es el mayor peligro de esta selección e Italia secó al ‘10’.
Lainez partió desde la derecha y Nicolato propuso un dibujo que hacía que el mexicano siempre estuviese en desventaja, bien en 2vs1 o incluso en 3vs1. Pellegrini cumplió su función y, además, proyectó su buen partido en ataque, cerca del área. La idea era esconder y arrinconar a Lainez y México lo sufrió.
EL ROL DE SALVATORE ESPOSITO
La figura de Esposito culminó el trabajo táctico de Nicolato. El mediocentro jugó de ‘5’ y cumplió su papel a la perfección. Dio una clase magistral de cómo jugar en corto, en largo -demostrando el buen lanzador que es- y siempre fue la primera opción en salida de balón. Jugó en papel muy similar al de Pirlo o Jorginho.
A partir de él, Italia construyó todo su juego. Fue nexo entre la defensa y los interiores. Si bien Frattesi y Pellegrini hicieron que Esposito estuviese casi siempre solo para recibir, el mediocentro italiano volvió loco al centro del campo azteca. Filtró muchos pases para romper líneas y combinó con sus compañeros. Si no era con Frattesi o Pellegrini, lo hacía a Bellanova cambiando de banda. El hecho que México produjera la mayoría de su juego por la derecha -por la presencia de Lainez-, hizo crucial que Esposito encontrase en pocos toques a Frattesi o Bellanova la banda contraria.
¿Y qué ocurría cuando Esposito estaba marcado? El papel del mediocentro no acabó en distribuir el juego, sino que cuando tenía un hombre encima, venía a recibir cerca de los centrales para estirar a México y que Gabbia, Del Prato o Ranieri buscasen en largo las opciones de Scamacca o Pinamonti. Ocurrió lo mismo cuando facilitó la subida de los centrales -Ranieri y Gabbia en la mayoría de las ocasiones-, mientras que Nicolato se aseguraba mantener la línea de tres en defensa con Esposito haciendo la cobertura correspondiente.
En definitiva, Esposito cumplió un papel táctico clave. Su posicionamiento en el campo fue siempre correcto y hacía que Pellegrini y Frattesi no perdieran la referencia en el repliegue defensivo y así, Italia acumulaba hombres en la medular para dificultar el juego interior.
Paolo Nicolato ha confeccionado una selección con unos automatismos que contrarrestan la ausencia de grandes figuras deportivas. Un equipo muy trabajado e inteligente a nivel táctico y que, como le pasó a México, cuesta deducir qué está haciendo Italia en cada momento. Para cuando el equipo rival tiene la respuesta, Italia ya está jugando una marcha por encima. Solo fue la primera jornada del Mundial sub-20, pero Paolo Nicolato y su selección se doctoraron en juego táctico.