El renacer de Tiemoué Bakayoko

Yo nunca confié en Tiemoué Bakayoko. Y es algo que tengo que escribir al comienzo de este artículo para no engañar a nadie. Y también para demostrar lo mucho que me ha sorprendido el crecimiento del galo en el Milan. Poco quedaba de aquel futbolista que sorprendió a todos en el AS Monaco. Ni en el Chelsea ni en sus primeros meses en San Siro, el internacional francés había demostrado ser un jugador, simplemente, útil. Con balón no estaba ni mucho menos cómodo y en el esquema de Gattuso parecía incluso que estorbaba a sus compañeros. Sin embargo, y sobre todo tras la llegada de Paquetá, eso ha cambiado. Ahora, y desde hace más o menos un mes, se ha erigido como un pivote defensivo de sorprendente rendimiento.

Pero, empecemos por el principio para intentar explicar cómo se ha llegado hasta la situación actual. Sus primeras semanas en Milán no fueron buenas. Esto ya lo hemos dicho. Relegado a la suplencia, por detrás de Lucas Biglia, Jack Bonaventura o Franck Kessié, sus minutos en Serie A eran residuales y tenía que aprovechar las oportunidades en Europa League, dónde sí era titular. Entre el torneo europeo y el campeonato italiano, siempre alternando la posición de pivote defensivo (4-3-3) con la de interior (4-4-2) y aunque el rol que se le exigía era diferente, nunca terminaba de acomodarse a ninguno de los dos.

Bakayoko empezó a despegar tras la lesión de Biglia

Y no lo hizo hasta la lesión de Biglia, la llegada de Paquetá y el asentamiento definitivo del 4-3-3. El argentino cayó lesionado tras el Milan 3-2 Sampdoria, allá por el 28 de octubre de 2018. En aquel encuentro no tuvo minutos Bakayoko. A partir de ahí, once titularidades consecutivas en Serie A.

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En su primer partido tras la lesión de Biglia, ante el Genoa, más allá de un error cometido, su mejoría empezó a provocar la llegada de reconocimientos. Nosotros mismos comentamos en nuestra crítica que el juego del francés no terminaba de encajar en ningún sitio. Pero cambió. «Él no es un regista. Él necesita más dinamismo para mostrar sus cualidades. Jugó una muy buena segunda parte», se podía leer en Corriere dello Sport en la crónica del Milan – Genoa. «Él está definitivamente mejorando. Ser regular es clave en el fútbol italiano, y también aprender sobre sus compañeros de equipo. El camino para convertirse en un fichaje excelente es, sin embargo, todavía muy largo», añadía Tuttosport.

Meses después, ya en enero, con Bakayoko asentado en el once, llegó el primer partido grande para Lucas Paquetá, en la Supercoppa Italia ante la Juventus. En un partido muy competido por el Milan, La Gazzetta dello Sport acabó escribiendo: «Bakayoko no se ha asustado ante la Juventus. Ha mantenido el centro del campo, enfrentándose a un cuerpo a cuerpo del que salió ganando nueve veces de cada diez. Tiemoué es el emblema de la tenacidad y continúa confirmando el progreso que lleva ocurriendo durante algunos meses». Y no es equivocaban.

Paquetá es el mejor socio que podía pedir Bakayoko

Días después, otra vez ante el Genoa, esta vez en Serie A, la asociación franco-brasileña se repitió. Y de nuevo con éxito. Aunque el partido del Milan fue muy sobrio, con poco fútbol, Bakayoko se erigió como un estandarte en el centro del campo. Imponente y sin fisuras. De hecho, para muchos fue el mejor del partido. «Un líder silencioso y natural que emerge cada vez con más fuerza», opinaban desde Milanlive.it.

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No obstante, la consagración definitiva del todavía jugador del Chelsea llegó ante el Napoli, en Coppa Italia. «El centrocampista galo atraviesa su mejor momento desde que llegó a Italia después de un inicio complicado. (…) Y es que si el Napoli fue incapaz de atacar por dentro, es en gran medida gracias al poderío de Bakayoko, impenetrable y capaz de barrer todos y cada uno de los envíos que los centrocampistas napolitanos intentaban filtrar. Con balón, pese a estar más presionado que en el choque del sábado, consiguió encontrar los apoyos (especialmente de Paquetá) que le ofrecían a la hora de gestionar el primer pase. Si lo de Piatek fue impactante, el partido del ex jugador de Mónaco y Chelsea no se quedó atrás», explica Carlos Pérez en la crónica del Milan 2-0 Napoli publicada en esta página web. Y, de nuevo, aparece el nombre de Paquetá en escena.

Bakayoko es el quinto centrocampista de la Serie A en intercepciones

La evolución de sus números demuestran el nivel actual del francés. A día de hoy -y según datos de Sofascore– promedia 1.8 intercepciones por encuentro, 1.4 entradas exitosas (62.9% sobre el total) por partido y gana 8.3 duelos (62% sobre el total) por encuentro. Si contextualizamos estos números a nivel Serie A y a nivel colectivo, encontramos que Bakayoko lidera estas estadísticas en ‘clave Milan’. Únicamente Erick Pulgar (Bologna), con 2.08 inter./partido, Ádám Nagy (Bologna), con 2 inter./partido o Marten De Roon (Atalanta) 1.89 inter./partido, Lucas Leiva (Lazio) 1.85 inter./partido comparten posición y superan al francés en cuanto a intercepciones en el global de la Serie A.

Datos: Sofascore.

Pero… ¿Cómo ha llegado hasta aquí? ¿Y por qué Paquetá es tan importante en la mejoría del galo? Ya en diciembre, Gattuso comentaba en rueda de prensa que Bakayoko le recordaba a Desailly. Una comparación muy bruta, las cosas como son, teniendo en cuenta que Marcel fue, seguramente, uno de los mejores centrocampistas de la década de los 90. Y, sin embargo, una comparación ilusionante porque nos dejaba claro que el juego de Bakayoko mejoraba con el paso de los partidos.

Gattuso comparó a Bakayoko con Desailly

En cuanto a Paquetá, la relación es evidente. Y no sólo para Bakayoko, sino para todo el equipo. El brasileño ha supuesto un soplo de aire fresco para un Milan que estaba adormilado. Una sacudida al conformismo que alteró todo lo establecido en San Siro. Paquetá, jugando como interior, paralelo a Kessié y por delante de nuestro protagonista, es el jugador más (hiper)activo del Milan de Gattuso. Se ofrece, baja a recibir para iniciar jugada, conduce, regatea, busca el pase entre líneas… Hace de todo. Y eso con una juventud insultante que, más allá de suponer una barrera, se ha convertido en una cualidad que aprovechan otros compañeros. Bakayoko, el primero. El francés ha encontrado en Paquetá un aliado en el que desahogar su mejorable juego combinativo. Él ya no tiene que arriesgar en el pase porque esa tarea ahora es del ex de Flamengo.

En conclusión, Bakayoko ha completado su proceso de adaptación a la Serie A y al fútbol italiano. Gattuso ha comprendido ya qué tipo de jugador es y la llegada de Paquetá ha completado un proceso que necesitaba de una pieza externa que el Milan no tenía en septiembre, al comienzo de la temporada. Ahora, en San Siro deben plantearse si en junio hay que pagar, o no, los 35 millones de euros que suponen la opción de compra que hay sobre el internacional galo. De momento, si la progresión se mantiene en la misma dinámica, no parece una mala idea.

Fuente imagen principal: Getty Images.