A Allan nadie le regala nada

Allan Marques (Río de Janeiro, enero de 1991) no es el futbolista más vistoso de Europa, pero quizás sí sea uno de los más infravalorados. No es el más rápido, no es el más fuerte, tampoco es el que mejor golpeo tiene, ni el que va mejor de cabeza, sus regates no son vistosos y no tiene la técnica más depurada del Viejo Continente, pero el centrocampista brasileño del Napoli es un futbolista indispensable en el equipo azzurro, tal y como lo sería en cualquier otro club importante del concierto internacional.

Como decía, Allan no llega al sobresaliente en casi ninguna de las facetas del juego, pero es un futbolista que alcanza el notable en prácticamente todas. Abarca (casi) todo el centro del campo con un trabajo increíble en la recuperación de la pelota. Una vez que la tiene, no suele perderla y, además, hace, con su toma de decisiones, progresar al equipo hacia la portería rival. Por su imponente físico -a pesar de que no alcanza los 1,80 metros de altura- podría no parecer un futbolista con cualidades técnicas, pero, sin ser ni mucho menos el más vistoso, en cada partido da muestras de que éste tampoco es su debe. Además, promedia unas cinco asistencias por temporada, por lo que se trata de un futbolista que, con un sacrificio defensivo importante, aporta al equipo tanto en defensa como en ataque. 

Abarca prácticamente todo el centro del campo con un trabajo increíble en la recuperación de la pelota. Una vez que la tiene, no suele perderla y, además, hace, con su toma de decisiones, progresar al equipo hacia la portería rival

En una temporada en la que, con la marcha de Jorginho, en primeras instancias pareciera que Ancelotti estaba teniendo problemas a la hora de sustituirlo, Allan, sin ocupar ni mucho menos su rol en el cambio de sistema (4-4-2), se ha erigido como el único futbolista fundamental en el centro del campo partenopeo, aportando tanto en la recuperación del balón como en la distribución.

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Además, ha sido clave en los dos partidos de la presente Champions League en los que su equipo se ha enfrentado a los rivales más temibles de la fase de grupos (el Liverpool y el PSG). Ante los británicos ejerció un papel fundamental en la presión secando a Naby Keita y Sadio Mané. De hecho, es complicado encontrar fotos de ese partido en las que no se le vea pegado a los futbolistas africanos. En el encuentro del Parque de los Príncipes fue una pesadilla para Kylian Mbappé o Neymar, pero insistimos en que, a pesar de que es un futbolista que salta a la vista por su insistencia, agresividad y efectividad en la presión y recuperación del balón, la influencia de Allan en el juego de su equipo cuando son poseedores del balón no es escasa.

Y el nivel ofrecido por el futbolista carioca, además de ser alto, no es nuevo, y se ha ido puliendo a lo largo de las cuatro temporadas que suma como futbolista del Napoli desde que llegara al San Paolo procedente de Udinese

Y el nivel ofrecido por el futbolista carioca, además de ser alto, no es nuevo, y se ha ido puliendo a lo largo de las cuatro temporadas que suma como futbolista del Napoli desde que llegara al San Paolo procedente de Udinese. Ahora, quizás tarde pero aún con 27 años, le llega su primera llamada con la selección brasileña. Una convocatoria más que merecida que premia al más currante de la clase. Aquel que se esmera en brillar y sin llegar al 10 sus resultados positivos causan más admiración que los de otros. Y precisamente por eso, se ganó hace ya algunas temporadas el corazón de los hinchas napolitanos.

Fuente de la imagen principal: Catherine Ivill/Getty Images.

 

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